Capítulo 13.

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Narra Miriam:

Mimi se habia empeñado en que me pusiera vestido, me había traído algún que otro vestido en la maleta pero ninguno encajaba con lo que Mimi quería.

-Mira, te voy a dejar yo uno que verás tú, vas a partir cuellos con él -dijo Mimi ilusionada mientras iba hacia su habitación
-¿Partir cuellos? -dije extrañada
-Por lo de que se giren a mirarte, que estas empanada miri -dijo Ana como si fuese lo más obvio del mundo
-Buah, empanada, que hambre -dije echandome en la cama dramáticamente

Mimi apareció en la habitación con el vestido.

-Corre, corre, pontelo -dijo haciendo gestos con las manos

Fui al baño a cambiarme, la verdad es que el vestido era una pasada. Era corto y con escotazo, encima de color vino.
Cuando salí las vi cuchichear y Ana le estaba regañando con la mirada, se dieron cuenta de que ya estaba y empezaron a piropearme.

-Ves, eso con tu chupa de cuero y los tacones y esta noche arrasas -dijo Mimi ilusionada
-Madre mía amiga, porque estoy con Mimi que sino... -dijo Ana mirandome de arriba a abajo mientras Mimi le daba un codazo riéndose.

Ellas fueron a vestirse también y yo a maquillarme. En cuanto terminamos llamamos al taxi, en el camino note a ambas tensas, pero pensé que eran imaginaciones mías.
Hasta que al llegar vimos a Ricky y a una rubia que estaba de espaldas hablando con él, conforme bajaron del taxi Ricky estaba con una sonrisa hasta que me vio, le cambio la cara y yo no entendía nada.

-Hombre Enriqueta, que parece que hayas visto un fantasma -forzó una sonrisa y cuando me giré hacia la rubia, lo entendí todo.

La rubia era Mireya.

¿Sabéis esos momentos de 'Tierra tragame'? Pues igual, no sabía como reaccionar. Nos saludamos con dos besos, la tensión se palpaba en el ambiente.

Mimi me salvó en ese momento haciendo que todos entraramos al local, fui hacia ellas lanzandoles una mirada de reproche mientras Mireya agarraba a Ricky para quedarse atrás.

Narra Mireya:

Ricky se había pasado todo el día animandome, es un solete.
Llevábamos ya un rato esperando a Mimi y a Ana en la puerta, que según Ricky estaban a punto de llegar.

-Mira, ya estan aqui -dijo Ricky señalando el taxi

Se bajaron del taxi, primero Mimi y luego Ana.
Mientras le daba un abrazo a Ana un escalofrío me recorrió entera al escuchar su voz.

-Hombre Enriqueta, que parece que hayas visto un fantasma.

¿Que coño hacia aquí Miriam? ¿Por qué Ricky no me había dicho nada? Miriam se quedo delante mía sin saber muy bien como reaccionar, asi que la saludé yo con dos besos.
Al fin y al cabo somos adultas, ¿no?

Mimi nos hizo entrar al local y yo aproveché para pillar por banda a Ricky.

-¿Por qué no me has dicho nada?
-Te juro por mi madre que no sabía que Miriam venía con ellas, sino sabes que no te digo de venir -dijo Ricky con total sinceridad
-Mira, yo mejor me vuelvo al piso, de verdad, se me han quitao' todas las ganas
-Y un coño, tú vas a entrar ahí conmigo y vas a demostrarle que no te afecta
-Pero es que si me afecta, mírala, encima hoy esta guapísima

Ricky me beso la frente, me llevó a la barra y pidió dos chupitos.

-Este por tu coño moreno -dijo Ricky a modo de brindis haciéndome reír.

Pedimos las copas y fuimos a los sofás donde estaban ellas para soltar las cosas. Note como Miriam tenía la mirada fija en mi, la ignoré.
Ana intentó quitar un poco de tensión, pero no lo logró.

-Amiga, cuidado con el Larios que luego pasa lo que pasa -dijo Ana intentando bromear al ver mi copa.
-La resaca por el Larios, que es mu' mala, ¿a que si? -dijo Mimi mirando a Ricky
-¿El que?
-Tú di que si
-No, no, no -dijo Ricky imitando el meme de Miriam- que la última vez que me hiciste decir si acabe con 20€ menos

Ellos siguieron la conversación pero yo no podía evitar pensar en todo lo que pasó la última vez que bebí Larios.
Manda cojones, ahora no me iba a poder tomar ni un copazo sin pensar en la leona.

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