Capítulo 7.

1.3K 60 0
                                    

Narra Mireya:

Entramos a la sala de juegos y veo como Amaia va arrastrando a Miriam, debe haber dicho una de las suyas porque la leona no para de reír, ojalá volviera a estar asi conmigo.

Noto una mano en mi cintura, es Marina y me mira con una sonrisa pero se le ve preocupada.

-Te noto apagailla mire
-Nah, no digas pegos, ¿jugamos a eso? -digo señalando la maquina de air hockey
-Pues si, porque aqui cada uno va a su bola, pero que a mi se me da muy mal, eh
-Coño, y a mi -digo riéndome

Que se le da mal dice la jodia... 9-4 ganando ella.
-Es que en Sevilla he ido varias veces con Bast a sitios de estos, pa' una vez que te gano en algo
-Ya ya, "a mi se me da muy mal, eh"- digo imitandola y ella se ríe- en el billar no va a ser tan fácil que me ganes, asi te lo digo

Miro a mi alrededor, por un lado estaban Roi, Cepeda, Ricky y Juan Antonio jugando a tirar a una canasta, Mimi y Thalia estaban en una maquina de baile, Aitana, Nerea, Raoul y Agoney estaban jugando a los dardos y Amaia y Alfred jugando a lo mismo que nosotras hasta que Amaia dio con demasiada fuerza y el disco salio disparado hacia la frente de Alfred.
-Dios, Alfred-dijo Amaia acercandose a él- Buah, que horror, es que soy super burra, perdón, ¿te duele mucho?
 
No pude evitar descojonarme, pero me di cuenta de que faltaba gente, ¿dónde estaba miriam? La busque con la mirada mientras Marina me miraba divertida.
-Esta fuera
-¿qué?
-Miriam, que esta fuera con Ana
-Ahh
-Últimamente estas muy pendiente de ella, ¿no?
-Que va, si estaba mirando para ver si jugamos ya a los bolos.

Narra Miriam:

Que calor hacia ahí dentro, encima Mireya estaba guapísima, no podía parar de mirarla y Marina ya me había pillado varias veces dándole un repaso a la rubia.
Aire, necesito aire.
Veo a Ana que iba a salir a fumar, y la sigo, asi hablo un poco con ella que desde que salimos de la academia apenas hemos hablado.
-Coño, miriam, que no me esperaba que estuvieras detrás- dice con la mano en el pecho de forma dramática y yo no puedo evitar reírme
-¿Cómo te va la vida canaria?
-Pues no me puedo quejar, apenas he tenido tiempo estos días para pensar, asi que creo que bien, ¿y tú qué gallega?- dice mientras termina de liarse el cigarro

Imprevisible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora