capítulo 12

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- Maldito mal nacido -dijo rompiendo los anteojos- ¿Tan careta sos que te apareces por aca? -le grito con ira.

- Sr. Demon -lo llamo su jefe- ¿Hay algún problema?

Meliodas se tocó la cien tratando de contener la ira que tenía guardada desde que supo que el causó ese horrible choque.

- No señor -dijo dando un suspiro.

- Espero que así sea -le dedico una mirada seria- Hágame el favor de atender como se debe -dicho esto se retiró.

- Ya escuchaste al jefe primito, atendemos como se debe -le dijo Estarossa con malicia para después ordenar.

- Si no estubiera en turno te patestia tanto la pija que no se van a dar cuenta si sos hombre o mujer de lo aguda que te va a quedar la voz del dolor que vas a sentir -le confesó anotando su orden.

El turno de Meliodas acabo y se fue a cambiar. Salió de el baño y se dirigió a la mesa en donde estaba Elizabeth y la encontró dormida ahí arriba.

- Elizabeth -la llamo moviendola suavemente- Ya termine, vamos a casa

Elizabeth abrió poco a poco los ojos.

- Si... -dijo despertando- ¿Cuánto tiempo dormí?

Meliodas río levemente.

- Apenas media hora, ya vámonos.

Salieron y se tomaron un remis para llegar a su casa más rápido, era de noche y las calles estaban muy solitarias, era mucho más seguro.

Llegaron a la casa y se pusieron ropa cómoda.

- Me muero de hambre -comenta Elizabeth.

- No diste cuenta de quién estaba hoy en mi trabajo -preguntó​ haciendo​ énfasis.

- No, ¿Quien? -pregunto curiosa.

- El señorito Estarossa -ella lo miro sorprendida, creía que Estarossa estaba en Francia con el papá de Meliodas y su hermano menor, pero al parecer no- Si no hubiera Sido porque el jefe me llamo la atención.... No se que habría hecho.

- Mejor hay que olvidarse de ese maldito -le recomendó- Tengo hambre, vamos a cenar y quizás después.... Ver una película.

- Me parece bien -le dijo con una voz lujuriosa.

- No esa clase de películas mal pensado -le dijo dándole un golpecito.

Estaban en el sillón mirando una película y comienza el pizza, los dos estaban bien abrazaditos y cuando antes de que terminara la película se quedaron dormidos.

- Tengo todo listo -dijo Meliodas cerrando su maleta- ¿Y vos?

- Si también -le contesto- en tres días vamos a Francia, voy a comer queso -dijo con una sonrisa.

- Pero si acá también hay queso -me dijo extrañado- Últimamente te gusta mucho la comida.

- Si, pero de tanto que como después me siento mal -le comunica.

- Entonces come menos -le dijo divertido- No querrás engordar ¿O si?

- Está bien -le dijo sonriéndole- ¿Donde nos vamos a quedar?

- Creo que iríamos a la casa de mi papá -le informa- Es bastante amplia.

Unas horas más tarde Elizabeth se encontraba en su antigua casa, se sentía incómoda ahí ya que la echaron hace no más de seis meses, pero le comentaría a sus padres y hermano de su matrimonio y que iría a Francia por una temporada.

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