capítulo 16

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- No lo puedo creer -dijo asombrado- ¿Pudieron domar a estos caballos?

Meliodas y Ban se miraron entre sí y después miraron a Escanor.

- Acéptalo Escanor -dijo Ban- Éramos pelotudos antes, ya maduramos -agarro su tarro de cerveza y se le cayó un poco sobre su ropa.

- Escanor, estás oficialmente invitado a mi boda junto con Merlín -le dijo risueño- ¿Quien sabe? Quizás ese mismo día te cases con ella ehh -le comenzó a dar pequeños codazos.

- ¿Dónde va a ser?

- En la finca, Elizabeth quiere algo discreto.

- ¿Y cuanto faltaría? -pregunto Escanor.

- Como, dos meses -le respondió con simpleza.

- Esperemos que en estos dos meses Elaine vuelva a ser la de antes.

- ¿Que le pasa? -pregunto Escanor.

- Es como que está más alterada, y se irrita con facilidad. No pude comer nada ya que todo lo devuelve -tomo un poco de cerveza- Seguro le agarro algo, debe de tener gastroenteritis -dijo en voz baja comiendo.

- Es eso o está embarazada -rieron Meliodas y Escanor.

Ban se atoró con la comida por lo que habían dicho sus amigos.

Liz estaba en el avión mirando por la ventana como caía la lluvia.

- Ya voy a volver Meliodas, espérame -dijo en vos baja viendo cómo comenzaba a despegar- Vamos a ser felices, otra vez.

Los días pasaron volando, faltaba un mes para la boda y ahora era cuando más había que prepararse. Elizabeth estaba con Elaine y Diane probandose el vestido.

- Pensa que dentro de un mes tu vientre va a crecer -le dijo Diane mirándola- Un poco más de que ya creció.

- Si -dijo mirándose- Hablando de eso, ¿Cómo se lo tomó Ban?

- Se quedó mudo durante quince minutos -le comenta riendo- Pero después de procesar la información se puso muy feliz -dijo buscando el vestido- Creo que encontré el ideal -les mostró el vestido.

- Si -dijo Diane- Es perfecto, tiene encaje, pedrería en el busto y es holgado en el torso ¿Que decís?

Miro el vestido con una sonrisa, se podría decir que se enamoró de ese vestido.

Liz estaba saliendo de su nuevo trabajo en dirección a su casa, había llegado hace un mes pero al parecer Meliodas se había mudado o cambiado de número, cada que llamaba nadie atendía, y no podía visitarlo porque se había olvidado la dirección.

- ¿Donde estas Meliodas? -dijo caminando sin mirar su camino.

Decidió almorzar en un restorán para cambiar un poco la rutina. Entro al restorán y se sentó en la mesa.

- ¿Puedo tomar su orden? -reconoció esa voz al instante.

- ¿Meliodas? -el se la quedó mirando confundida, al parecer no la reconoció- Soy yo, Liz.

Meliodas se asombró, estaba súper cambiada, su pelo ya no era corto, y además tenía un leve asento ruso.

- ¿L-liz? -ella asintió risueña- ¿Donde estuviste todo este tiempo?

- Es una larga historia.

- Cuando termine mi turno me la tenés que contar.

Ella sintió feliz y Meliodas prosiguió con su trabajo. Terminó su turno y salieron para un café y se sentaron a conversar.

- Simplemente nos fuimos a Rusia, tuvo que ver con una orden de restricción -le explico- Alguien se la coloco a mi familia -le mintió para evitar problemas con su padre- Yo nunca quise alejarme de vos.

- Yo... Tampoco -me dijo titubeante.

- Pero ahora si podemos estar juntos, podemos seguir con lo nuestro -le dijo tomando sus manos.

Meliodas se quedó bloqueado un rato, pero no tanto como para no darse cuenta a dónde iba esta conversación.

- Liz yo... -ella tapó su boca con un dedo y una sonrisa coqueta en su rostro- ¿Que haces?

- Vení a cenar en mi casa -en la servilleta escribió una dirección y se la entrego- Te espero -dejo plata en la mesa y se fué dejando a Meliodas sin palabras.

Le parecía algo raro, ahora que la vio otra vez y analizó su actitud, se dió cuenta de que ya no le atraía nada de ella, la mujer que alguna vez el quiso, ya no era la de antes, ahora era una persona completamente diferente. Por supuesto no iba a ir a su casa, falta un mes para su boda y mañana tenía que con Elizabeth a hacerse el ultrasonido mensual, la próxima vez que la viera le tendría que explicar que ya tiene otra relación seria y para colmo esperaba un bebé, cuanto antes se entere ella mejor.

- Elizabeth Liones -llamo la ginecóloga. Entraron al consultorio- ¿Cómo estás?

- Bien, gracias.

Las siguientes preguntas fueron de cómo se estubo sintiendo en este tiempo, si se cuidaba con los alimentos, etc, etc.

- Es un bebé grande para tener tres meses -dijo la ginecóloga mientras lo veía por el monitor- Todavía no se puede ver el sexo.

- Eso no importa, mientras mi bebé esté bien yo soy feliz -dijo Elizabeth tomando la mano de Meliodas.

Salieron del ginecólogo y dejó a Elizabeth en la mansión para irse a trabajar.

- ¿Entonces volvió? -preguntó Ban mientras le daba la orden, el asintió- ¿Le dijiste que vas a ser papá?

- No, pero cuando la vea le voy a explicar todo para que no haya confusiones -fue la mesa en donde estaban un hombre con una bebé de aproximadamente tres meses- Acá está su orden.

- Meliodas -el lo miro confundido- Necesito tu ayuda.

- ¿Y vos quién sos?

- Soy Monspeet, era amigo de tu primo -Meliodas puso una cara de desagrado- Necesito tu ayuda.

- ¿Porque te ayudaría? Le causaron mucho dolor a Elizabeth -dijo con odio- Podría ir a declarar pero no tengo evidencia por desgracia, sino ambos estarían tras las rejas.

- Yo no tuve nada que ver -dijo sobándose la frente- Necesito saber dónde está el mal nacido de Estarossa.

- No lo se y no me importa, por mi que se muera -le contestó frío- Si no necesita nada más, voy a seguir con mi trabajo.

- Voy a esperar a que termines tu turno, tenemos que hablar.

Meliodas no dijo nada, siguió con su turno y observaba a Monspeet, no parecía un hombre malo, pero no hay que juzgar un libro por su portada. Terminó su turno.

- ¿Te llevo? -le preguntó su amigo.

- No, tengo que hacer algo -Ban se fué y el se dirigió a la mesa para hablar con Monspeet- ¿Que me tenés que decir?

- Necesito saber por lo menls la más mínima información sobre Estarossa -le dijo desesperado.

- ¿Para que?

- Por su estúpida calentura, casi lr cuesta la vida a mi hija, y mató a mi mujer -Meliodas sabía que Estarossa era jodido, pero no tanto- Necesito que se haga justicia.

Creado por Laura Ninche.

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Nos estamos viendo la próxima 💝 chau.

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