capítulo 14

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El padre de Meliodas decidió quedarse hasta que ellos dos se casaran, tenia que asegurarse de que ese matrimonio sea oficial, así que quince días después de que llegó quiso que Elizabeth se quedará en la mansión hasta que se casen y ambos accedieron.

— Dios —dijo Elizabeth enjuagando su boca— Esto no es normal.

Estaba vomitando mucho, tenía suerte si un día no le daban náuseas.

— Dicen que no todos los embarazos son iguales —estaba sobando su espalda— Esto es temporal igual.

— Ojalá.

Salieron del baño y bajaron esas inmensas escaleras.

— ¿Cuando nos casemos vamos a vivir acá? —le pregunto Elizabeth.

— Si, y la boda va a ser acá también —le informa.

— Dale, después te lo devuelvo —le dice Estarossa a Monspeet.

— No se —dijo indeciso— Sabes que Derrieri está en su séptimo mes de embarazo y...

— Dale, solo son $3000 —le dice insistiendo— Te los voy a devolver.

Monspeet suelta un suspiro.

— Está bien, pero después me devolves todo lo que te presté —saca una chequera y anota la cantidad que le pidió entregándoselo.

— Gracias —le dijo con malicia.

Meliodas estaba en el despacho de su padre junto con Zeldris, estaban hablando sobre la empresa, y el testamento.

— A mí me sigue pareciendo injusto que Meliodas tenga el 80% —bufa Zeldris molesto— ¿Porque no nos quedamos con un cincuenta y cincuenta? Es más fácil.

— Ya te dije la razón, además es tu hermano mayor —le comenta.

— ¿Que voy a hacer con la plata que tengo en el banco? —pregunto curioso.

— Esa es tu plata, podés hacer lo que quieras, no es una gran suma pero es algo —le dice su padre firmando unos papeles.

— ¿Que estás haciendo?

Rápidamente el guardo los papeles en una cajonera y cambió de tema para no "preocupar" a sus hijos.

— Deja de prestarle plata —le dice Derrieri a su novio— Entendelo​, te está boludeando.

— Estarossa no es así, me lo va a devolver —le dice seguro— No te preocupes tanto, no es bueno.

Ella lo mira con fastidio.

— Por favor que sea la última vez que le das plata, ya te debe más de $30000 —le dijo irritada.

— Está bien, en cuanto tenga la oportunidad voy a decirle que me devuelva todo lo que me debe.

— Está bien —dijo con algo de duda, quien sabe para qué necesitan toda esa plata.

Los días pasaron y pasaron, Estarossa estaba caminando en la calle cuando se cruza con Monspeet de casualidad.

— Hola Estarossa —le dijo.

— Hola —su tono se notaba molesto.

— ¿Que te pasa?

— No te importa —espetó dispuesto a caminar.

— Me prometí que no iba a posponer esto —Estarossa paro y lo miro de reojo— Quiero que me devuelvas los $30000 que me debes.

— ¿Que?

— Ya me escuchaste —lo miro a los ojos— Quiero que m....

Estarossa lo callo de una golpiza.

— Ahora no puedo.

Monspeet se levantó y lo agarró del cuello.

— Mira hijo de puta —le dijo— Me devolves esa plata o voy a decir algo que yo sé.

Claramente se refería al choque que el provocó, Monspeet se enojó porque siempre estuvo ahí para el pero ahora se le dió vuelta la página.

— Eso no lo creo —se tiró al piso de espaldas haciendo que Monspeet se lleve el golpe dejándolo tendido— No creo que necesites plata en donde vas.

Comenzó a patear sus costillas haciendo que se retirará de dolor, se agachó y subió a su torso golpeándolo en la cara sacándole sangre.

Derrieri estaba pasando por ahí cuando vio a Estarossa golpeando a un hombre y se acercó, vio como golpeaba a Monspeet y se acercó a separarlos.

— Ya basta...animal —le dijo por la espalda tratando de separarlo.

— Salí de acá y no te metas —dijo empujándola haciendo que caiga de panza al suelo. Dejo de golpear a Monspeet para darse cuenta de que Derrieri estaba en el piso retorciéndose del dolor y Monspeet trataba de levantarse para ayudarla— Toma —le dió su celular— Llama a una ambulancia —se fue de ahí.

— Hay Dios —dijo Elizabeth enjuagando su boca— Estás náuseas me están matando.

Los síntomas que tenia eran más fuertes, pero eso a ella no le importaba, su cabeza estaba en lo feliz que estaría junto con su amado.

— No nos podemos retrasar con esto —decía un hombre al teléfono.

— Si, es algo bastante serio, pero nos va a dar unas buenas ganancias —dijo en sr. Demon sonriendo.

Zeldris entra en la oficina.

— Papá Me... —dejo de hablar al notar que su padre estaba ocupado— Vuelvo más tarde —le dijo neutro saliendo de ahí.

— Entonces después de la boda de mi hijo voy para allá para ponerle fin a esto, nada va a destruir lo que consiguió —corto la comunicación.

Monspeet estaba en el hospital atendiendo su heridas mientras que su novia estaba en observación.

— Dígame doctora ¿Que pasa? —pregunta Monspeet preocupado.

— Le voy a ser sincera señor —se aclaro la vos para poder hablar— El bebé ya está en posición para nacer, va a ser prematuro pero veremos lo que va a pasar.

— ¿Y como está ella?

Merlín suspiró.

— No quiero que se lo tome mal —le tocó un hombro— Es muy poco probable que sobreviva al parto.

Monspeet quedó destrozado al oír esas palabras.

Unas horas más tarde Derrieri ya estaba en la sala de partos, Monspeet no podía entrar, no se lo permitieron.

— Una vez más Srta —le dijo la partera— Es una nena.

Derrieri miro a su hija muy feliz, pero poco a poco iba cerrando los ojos.

— La estamos perdiendo —informa una enfermera.

— El desfibrilador —rompió la bata que traía para desfibrilarla.

Con cada compresión el corazón latía pero era por pocos segundos hasta que con la última, la máquina no mostró ninguna palpitacion.

Le bebé estaba en una incubadora con cables en la nariz para que pudiera respirar.

Monspeet mirando desde el ventanal.

— Es tan linda —dijo con una lágrima— Mi pequeña Addison.

Merlín se acerca a él y se susurra al oído, miró a su hija muy triste y Merlín le dió su pésame.

Ahora el tendría que criar a un bebé solo, todo gracias a ese bastardo Demon, de esta no iba a salir vivo.

Creado por Laura Ninche.

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Nos estamos viendo la próxima 💝 chau.

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