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Separé mis labios de la fina taza de porcelana que sostenía entre mis manos, y mantuve la mirada fija en el televisor. Las coloridas caricaturas se movían con ánimo pero mi mente no lograba captar el significado, pues no conseguía concentrarse totalmente.

Sentía mi piel enrojecida, ardiendo. Como si mis poros se ahogaran en fuego. Pero sólo eran ira y temor.

-Hyori.- escuché la voz de Yomi llamándome, seguida de unos golpecitos en la puerta de madera. -¿Podemos pasar?

Me mantuve en silencio.

La puerta se abrió, dejándome percibir dos siluetas apreciándome a la distancia.

-Hyo.

Giré mi cabeza al escuchar su voz.

Hoseok me miraba pálido, inmóvil. Sus ojos enrojecidos me estudiaron en completa sorpresa y sus manos se tensaron a sus costados.

-¿Qué fue lo que ocurrió?

-Cielo, yo te explicaré.- Yomi contestó bajito.

-¿Quién, Hyo? ¿quién?- repitió, dando zancadas hasta llegar a mis pies.

Le miré desde arriba, sentada sobre la silla acolchonada de madera sin mover los labios.

-Hyori.- suspiró. -Dime quién demonios...

Las lágrimas no tardaron en derramarse sobre mí una vez más, pero luché por mantener mi expresión calmada y no lanzarme a sus brazos.

Ya no podía hacerlo.

-Hyo, te preparé sopa.- Yomi dijo incómoda. -Iré a alistar todo. Por favor... hablen.

La puerta se cerró, pero Hoseok seguía mirándome así. Sin movimiento alguno, sin palpitar, sin agitarse. El único ruido tras que Yomi abandonase la habitación, sería el de nuestras respiraciones y las caricaturas televisadas como fondo.

-Háblame, por favor.- exclamó desesperado.

Enderecé mi espalda, y exhalé profundamente. Sacudí la cabeza, tragué saliva, y retiré lentamente la cobija que Yomi me había brindado minutos antes.

Apreté los dientes al ver la cara que tenía.

-¿¡Quién carajos te hizo esto!?- me gritó, señalando mi cuello. -¡Dímelo!

Hoseok pasó las manos por su cabello y tiró de él, cerrando los ojos, bajando la cabeza al piso.

-¿Qué tanto te lastimó?

Hice una mueca.

Sus dedos se acercaron a mi brazo, deslizándose a lo ancho y largo de él.

-¿Fue Jun?

Pestañeé.

-Hyori, ¿fue ese imbécil?

Relamí mis labios y estudié mi brazo.

Los dedos de Hoseok subieron a mi barbilla y la alzaron, dejándole mi cuello completamente a la vista.

-Lo voy a matar.

-No, Hoseok.

-¿No?, ¿¡no!? ¡Mírate!

-Ho...

-¡Que nadie se atreva a ponerte un jodido dedo encima!

Callé.

-Hoseok.

-Hyori.- respondió, tomando mis manos fugazmente entre las suyas. -En verdad... lamento haberte dejado en...

-¡Hyori! ¡Dios mío!- JaeBum irrumpió en la habitación de repente. Corrió hacia mí, cayó sobre sus rodillas y acercó su cuerpo a encerrar el mío.

How To Love. ✄ HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora