Capítulo final.
Una semana después.
Cada día me sentía peor, y no era por el simple hecho de que estaba embaraza de Calum, si no también porque no dejaba de tener náuseas y algunos mareos. Intentaba ocultar todo eso, pero sabía que él se daría cuenta en algún momento.
-¿Estás bien?-, preguntó, mirándome un momento mientras manejaba.
Me sorprendió su pregunta, eso estaba claro, pues había notado algo de preocupación en su voz. Lo mire y solté un suspiro, negando.
-Creo que después de todo, tanto viaje en carretera no me sienta muy bien- expliqué, mirándolo cuando su vista volvió a la carretera.
-En la próxima parada deberías tomar algunas pastillas u otra mierda que te ayude con eso.
Asentí, aunque la verdad yo tenía otro plan para eso. No volvería a estar con Calum, necesitaba escapar. Sabía que si se enteraba de mi embarazo, probablemente me obligaría a abortarlo, y no quería hacerlo. Era lo suficiente mayor para hacerme cargo, y jamás podría matar algo que venía de mí. El bebé no tenía la culpa de nada.
Cerré los ojos, aunque era peor, mi mente no dejaba de atormentarme. Luego de un tiempo, logré conciliar el sueño, cabe aclarar que no dormíamos bien.
Cuando logré despertar, me di cuenta que no estaba ya en el incómodo asiento del auto, si no en una cama matrimonial. Mire a todos lados, y me encontré con Calum a mi lado, durmiendo tranquilamente. Se veía tan pacífico, como si nunca hubiera hecho daño a alguien. Sus labios estaban entre abiertos, y no pude evitar mirarlos, y detallar por completo su rostro. Ahogue un sollozo, sabía que tenía sentimientos por él, que lo amaba. Pero también sabía que el odio y temor que le tenía era más alto que mi propio amor. Le di la espalda, y volví a cerrar los ojos.
Cuando volvimos de nuevo al viaje en carretera, y pudimos entrar en una pequeña tienda, tomé algunas pastillas, golosinas, pues al parecer los antojos decidieron volver. Pero no sólo eso, también tomé algo que tal vez sería mi escape. Sólo tendría que esperar.
Cuatro días después.
-Por favor, Calum, paremos en un motel, algo. No aguanto la espalda, y si seguimos en el auto voy a vomitar. Llevamos 4 días en carretera sin parar, no lo soporto- solté quejandome.
Ni siquiera sabía si seguíamos dentro del país, o en qué parte. Sólo veía mucha arena, y pequeñas casa, parecía que estábamos en un pueblo.
Calum pareció reconsiderarlo, pero finalmente aceptó, o al menos eso me dio a entender cuando asintió con la cabeza.
-De acuerdo, yo también necesito una cama y una buena ducha - dijo finalmente y le agradecí mentalmente por eso.
Unos minutos después estacionó en un pequeño motel. La habitación no era la mejor, pero era mejor que estar en un auto con el culo dormido.
Cuando ya estábamos aseados y habíamos comido algo, me senté a su lado y lo miré.
-Sabes, hace mucho que no nos divertimos...-, dije de pronto-. Me siento bien, y... Te necesito-, en parte no era mentira, por alguna razón, hacía días sentía la necesidad de tener sexo.
-¿Esa es tu manera de decir que quieres que te folle?-, preguntó con una expresión divertida, pero a la vez mordió su labio inferior y tocó mi muslo desnudo, llevaba sólo un chort de dormir y una blusa.
Asentí mientras miraba sus labios, en realidad no quería hacerlo, sentía que de alguna manera él se daría cuenta de todo. Estaba aterrada, pero tenía que hacerlo.
-Pero quiero que juguemos...-, murmuré con una sonrisa traviesa. Tomé un pote de nutella que había comprado en el mini super hace unos días-. ¿Algunas vez has lamido chocolate de la piel de una chica?
-He lamido sangre-, mi estómago se removió ante tal declaración-, pero lamer chocolate de tu precioso cuerpo seguro será una buena experiencia. No eres tan aburrida después de todo, cariño.
No respondo, sólo prosigo a quitar mi pijama. Pronto estoy desnuda, colocando chocolate por mi cuerpo. En mis pechos, cuello, vientre, pelvis y muslos.
-Hay reglas-, mi voz suena firme aunque en ese momento quería largame a llorar-. No puedes besarme hasta terminar con todo el chocolate de mi cuerpo. Y después... Sólo follame.
-Así que la niñad tiene reglas... -, su voz sonaba ronca mientras me tomaba de la cintura y acostaba en la cama-. Estoy muy ansioso como para replicar-, fue lo último que dijo antes de besar mi cuello.
Cierro los ojos, su lengua tibia estaba en mi cuello, y me sentía mal al decir que lo disfrutaba. Su boca bajaba por todo mi cuerpo lleno de chocolate, lamiendo, chupando y mordiendo algunas partes. Yo me estaba derritiendo del placer, aún más cuando antes estaba en mis pezones sensibles y no los dejaba ir.
Miro sus movimientos y gimo un poco alto al ver que terminaba de lamer el chocolate de mis muslos, pero en vez de separarse, su lengua ahora se encontraba en mi entrepierna. Sus ojos se posaron en mí mientras seguía en lo suyo, y sólo me hacía querer más. Su mirada prometía placer, lujuria y peligro. Todo alrededor de él era peligro.
-Sabes incluso mejor que el chocolate -, lo escucho decir mientras sigue lamiendo.
Siento su lengua dentro de mí, me arqueo. Y cuando ahora son sus dedos, y su lengua en mi clítoris, siento el placer consumirme. Ese había sido un buen orgasmo.
Calum se incorpora con una sonrisa ladeada, lame sus labios. Se coloca encima de mí y embiste su boca con la mía. Me besaba con desespero, y yo le devolvía el beso con las misma ganas. Lo necesitaba, lo necesitaba dentro de mí aunque sea una última vez. Aunque sabía que no me amaba de la forma en que yo lo hacía, y aún así cuando sabía que si se enteraba de lo que haría , me mataría.
Me abro y él se acomoda en mis piernas, me mira como un depredador mira a su presa, yo lo era.
-Te voy a follar tan duro y profundo, que no querrás que alguien más te lo haga nunca-, sentía estremecer por sus palabras. Su mano me toma de la nuca haciendo un poco de presión-. Por supuesto, nadie más te lo hará más que yo-, murmura, mientras se introducía en mí, profundo y duro, tal y como había dicho.
No me iba a mentir a mí misma diciendo que no lo había disfrutado, porque sólo Dios sabía que sí, me había gustado, el sexo con él era una locura, y tal vez nunca lo disfrute como lo hacía con él.
Cuando el orgasmo había llegado por segunda vez en mi cuerpo, y él consiguiera el suyo, Calum cayó en la cama, y jadeó. Notaba su expresión, estaba confundido mientras trataba de incorporarse. Me miró, sus ojos parecían hielo mientras me decía:
-¿Qué mierda me hiciste, maldita perra?-, exclamó furioso. Iba a tratar de llegar a mí, y por un momento temí, pero siquiera pudo volver a hablar, ya se encontraba inconsciente.
Podría arrepentirme de muchas cosas en mi vida, pero no de ésto. Mientras me vestía, sabía que era lo que tenía que hacer, tenía que hacerlo para poder criar a mi hijo lejos de ésto, lejos de los errores de su madre.
Tomé un abrigo mientras miraba el cuerpo inerte de Calum en la cama. Prometí no llorar, pero mientras salía de ahí con su teléfono y hacía una llamada, rompí esa promesa.
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Te odio, Wattpad.|2| Calum Hood.
Fanfic"Lo matas, o te mato yo a ti. Tú decides." Secuela de Gracias Wattpad. Advertencia: Esta historia contiene lenguaje explícito y escenas fuertes. Sí la lees es bajo tu responsabilidad. @reyna_direction & @fantashtic Portada: @-zatan (Te amo, gracias...