||Parte 20. Noche estrellada.||

711 41 7
                                    

PV Mikan

Sentí como se me paró el corazón. Sentía como la mano de aquel hombre se apretaba cada vez más, dejándome casi sin respiración. Como presionaba su mano en mi costado para que no me moviera. Me quitó mi única comunicación con la academia rompiendo mis cascos, y por más que lo intentaba, no conseguía zafarme de sus agarres. De repente noté como la presión en mi costado se desvanecía y vi la mano de mi agresor delante de mí cara. Estaba roja. Completamente llena de un líquido espeso. No es posible, no puede ser, toda esa sangre, ¿es de mi cuerpo? Me quedé quieta, inmóvil. No sabía que hacer, que pensar, mi cabeza daba tantas vueltas...

Fin PV Mikan

PV Natsume

Mikan paro de forcejear en cuento vio la mano del aquel hombre ensangrentada. Sabía lo que pensaba su cabeza. Esta idiota dejará de luchar contra él por miedo. No me queda otra, tendré que protegerla.

-Déjala en paz.- dije mientas me ponía de pie sin ninguna ayuda, para aparentar estar "bien"

-¿O si no qué? ¿Piensas quemarme ? Ahoramismo eres una mosquita muerta, niñato mal criado. Nunca pensé que el gato negro cayese tan fácil. Al fin y al cabo-Se acerco a la cara de la castaña- nuestro plan salió a las mil maravillas.

-Creo que tu cerebro no funciona bien. Dije que la sueltes. ¿A caso estás sordo?

-O vaya... ¿El gatito saca las garras? Bien, tú sabrás lo que haces- dijo mientras apretaba el costado de Mikan. Se le empezaron a humedecer los ojos. Podía ver como su dolor se veía reflejado en esas lágrimas que recorrían sus pómulos. Hijo de puta- venga vamos, ¿no vas a hacer nada para salvar a tu princesita?

Me empecé a acercar intentando no parecer débil. Cuando estaba a apenas centímetros de la cara de Mikan, encendí una llama roja carmesí. Esa llama podía reflejar mi ira en todo su esplendor. A pesar de estar débil, no dejaría que ese imbécil hiciese daño a Mikan.

Los ojos de la chica se abrieron como platos al ver la llama, y empezaron a llorar cada vez más. Será que... ¿no quiere que me esfuerce por mi grado de alice? Me quedé pasmado delante de ella y vi como su mirada me suplicaba que parase. Sin más, ella bajo la mirada al suelo y le dio un pisotón y aquel hombre la soltó al instante. Me apartó con la mano y apagó mi llama con la anulación, para después coger a la velocidad de la luz la navaja del suelo y se la clavó en el vientre. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, soltó de inmediato el puño de la navaja y se llevó las manos a la boca mientras el hombre se retorcía en el suelo.

-Qué he hecho...- susurró

-Tranquila lunares, está vivo. ¿No ves como respira? No le has matado, deja de hacer el numerito.

-Y-yo.

-Vámonos ya por favor.- dije dejándome caer contra los barrotes. Lo reconozco, estaba muy débil y casi ni me mantenía en pie.

-¡AY Natsume!¿Estás bien?¿Cómo se te ocurrió utilizar tu Alice?! ¡¿Te falta algo ahí arriba?!-dijo señalando mi cabeza.

-No hubiese sido necesario si tú no te hubieses quedado paralizada por el miedo.

-Y-yo... Lo siento- dijo bajando la mirada.

-Nos vamos, ¿o vas a seguir pidiendo disculpas hasta que me muera?

-Ay si, cierto, perdón.- la miré con cara de pocos amigos, pero sin embargo ella, vino en mi busca y colocó mi brazo detrás de su cuello. Yo ni corto ni perezoso, agarré su cintura con fuerza y me erguí.

-Vámonos de aquí.

-Si bueno, tenemos antes un problema- dijo mientras andábamos hacia la puerta de las celdas- me libré de los dos hombres que había en las puertas del calabozo, pero aún hay dos más en la puerta principal, para poder salir, debemos librarnos de ellos.

Un amor inesperado. "•Gakuen Alice•"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora