Un amor inesperado. "•Gakuen Alice•"

||Parte 28. Juntos.||

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Antes de comenzar, al final del capítulo hay una pregunta importante que me gustaría que leyesen. Es esencial para el final de este fanfic. Vosotros decidís si queréis que ocurra o no. Os quiero! 🤍💭

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Los minutos pasaban y ambos nos manteníamos en la misma posición, apenas rozando nutras narices. No podía parar de mirar sus ojos pero, algo en mí me hizo mirar un poco más hacia abajo. Mis orbes carmesí se fijaron severamente en sus labios. Antes tuve la suficiente fuerza de voluntad como para impedirle a todo mi sistema que se lanzara a sus labios por la tensión del momento, pero, ahora, las circunstancias no eran las mismas. La tenía prácticamente debajo de mí, una mano al lado de su cabeza y la otra pegada al costado derecho de su cuerpo, justo por las caderas. Quería besarla y no dejarla escapar nunca más.

-¿En qué piensas?- susurró con un tono leve.

A pesar de que me hubiese hablado, no pude apartar mis ojos de sus labios algo cortados y con un color más pálido de lo que recordaba que eran.

-En que quiero besarte- le expresé en el mismo tono de forma contundente.

Estaba harto de dar rodeos. Llevaba evitando mis sentimientos desde hacía años. Pero, mi cabeza no podía parar de pensar en Ruka, en sus palabras y en todo el mal que la podría traer a ella.

-¿Quieres besarme?- se sorprendió la chica, agarrando con sus dos manos mis hombros.

-Quiero algo más que solo besarte- reconocí.

La castaña enrojeció entera y no pude evitar sonreír.

-Eres un idiota pervertido.
-¿No crees que eso es innecesario?- me reí- tú sientes lo mismo que yo, ¿Verdad?
-¿Desde cuando lo sabes?- volvió a bajar el tono de su voz.
-Desde que fui capaz de aceptar mis sentimientos y verte de una forma diferente a una niñita de cristal que no hace más que patalear por lo que quiere y hacer berrinches- volví a sonreír de forma sutil solo para picarla un poco.

Aún seguíamos compartiendo esa distancia tan escasa y su respirar tan cercano me ponía totalmente histérico. No sabía ni cómo coño me estaba controlando.

-¡Eres tan molesto!- su ceño se frunció ante sus palabras y su enfado repentino.
-Pues a ver si empezamos a elegir mejor si tan molesto soy- acorté aún más la distancia- tú te enamoraste de mí, a mí no me culpes.

Justo cuando ya había cerrado los ojos para besarla, golpes insistentes comenzaron a sonar desde la puerta.

Alguien estaba llamando desesperadamente.

-Joder- maldecí al tener que separame de ella.

Me levanté de encima suya y la cogí del brazo para ponerla de pie en el suelo.

-Escóndete en el baño y no salgas, ¿me oyes?

Ella afirmó con su cabeza insistentemente.

-¡Natsume! ¡Abre la puerta!

Empujé a Mikan que se había quedado pasmada al lado de la cama hacia el baño al haber escuchado la voz de Narumi.