Just a few days in Busan | Kookmin | EN EDICIÓN

13 : esa pequeña risa que me mata

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— ¿y qué es todo esto? — Jimin, con la mejilla pegada a la cabecita de uno de los felinos grises, pregunta. Sonríe con ilusión tomando de la cintura a Jungkook para que diesen una vuelta y su vista quedara directo a la mesa con velas y algunas cosas que Jimin nota, han comprado  — mmm, huele delicioso. ¿tu lo has preparado? — Jeon rodea al bajito y tierno pelirosa por los hombros con un brazo.
Aunque no le pudiese entregar el anillo esa noche, pasarían una bonita velada.

— en realidad, Namjoon y SeokJin me han ayudado un montón — responde. Ninguno de los dos ha dejado de mirar aquel espacio, ligeramente más oscuro que el resto de la casa, ambientado solo con las velas y algún que otro gatito caminando con torpeza.

— woah — en verdad siente su corazón cálido, y a Jimin no le faltan ganas para llorar de la emoción por aquel lindo detalle que sus mejores amigos y Jungkook han preparado para el — y pensar que, llegaría a reñirte por haber perdido a Chim Chim — Jimin ríe en sus adentros. Pero suelta unas pequeñas carcajadas al sentir la espantada mirada de su novio en el.
La verdad es, que no había podido pensar en otra cosa más que en abrazar a su novio, pero ese día de la llamada lo había dejado muy triste. Aún así, su mente se había despejado y había sentido la necesidad de que los fuertes y largos brazos de Jungkook lo sostuvieran por algunos segundos — pero no lo haré, ya no —

— lo siento...sé que tengo que poner más atención a las cosas — dije Kook con sinceridad. Esta de acuerdo, y siempre ha aceptado, ser olvidadizo, torpe, irresponsable...está bien, todo lo relacionado con ser un desastre andando.
Pero esos días había sido como un torbellino de la mala suerte y destrucción arrasando a miles de kilómetros por hora sobre el.
Sabe que lo de Chim Chim ha sido su culpa, pero no pudo evitar su estupidez.
Seguramente, si Jimin hubiera estado ahí, ni siquiera habrían pasado ninguna de las cosas que se presentaron los malditos seis días y medio que no estuvo.
Necesitaba tenerlo cerca o mataría a alguien con una cuchara.

— eso ya no importa. Ahora dime, ¿hoy celebramos algo?...¿ por qué esto?...es demasiado lindo — el pelirosa baja al gatito cuando comienza a inquietarse en sus brazos, y sacude los cabellos que ha soltado tallando sus manos con su pantalón.

El anillo. El maldito anillo.

Si, hoy precisamente era el día más importante de su corta vida. Y la ha cagado...como siempre.

— nada en especial...solo quería recibirte con todo el amor que te tengo y esta cena para los dos — no es mentira, pero hubiera querido demasiado ver la reacción de su novio al ver como se hincaba y buscaba en sus bolsillos en anillo frente a él.

Ambos quedan frente a frente de nuevo, y se miran. Jungkook sabe que a Junín le ha encantado todo lo que preparo para el. Porque, puede ver sus ojos más brillantes de lo normal, y como empieza a actuar tierno y empalagoso.

Como le gusta tanto.

El bajito ladea su cabeza y sube un hombro hasta que se tocasen, y sonríe como un tonto, sintiéndose en un sueño.
No puede con su felicidad.
Y es que, ese pequeño detalle le ha llevado por los cielos.
Esta tan enamorado que solo puede pensar que Jeon se ha tomado el tiempo de hacer esto solo para el. Pero no excluye la ayuda de Jin y Namjoon.
Ahora mismo, solo son colores y brillitos volando alrededor de ellos.

Jungkook no deja de observar la sonrisa de su novio. Ve que succiona un poco su labio inferior y que unos lindos hoyuelos comienzan a aparecer en sus mejillas.
Se acerca un poco, lo suficiente para que sus respiraciones se mezclasen y frota sus narices, dándole un pequeño y tierno beso esquimal a Jimin, sabe que le encantan.

— ¿cenarás conmigo, príncipe? — Jeon le pregunta, aún sin despegar sus rostros. Ese es un momento maravilloso, pero hay una deliciosa cena que se enfriará si no dejan de andar de tórtolos por un segundo.
Cuando siente la cabeza de Jimin moverse de arriba a abajo, asintiendo.
Se aleja y toma la pequeña mano de su novio, caminan juntos y Jungkook empuja suavemente a Jimin hasta queda sentado en el asiento que queda justo en frente del que será su lugar.

Camina rápido hacia la cocina y cuando está apunto de sostener la tapa de la olla en sus manos.
Un gran suspiro silencioso sale de sus labios y casi salta de emoción, al ver el pequeño anillo de Jimin  en su dedo meñique.

Ahora recuerda que se lo había puesto...para no olvidarlo.

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Aquí le dejo otro capítulo más.
Espero que les guste. Dejen una estrellita🤩🙏🏻.
Cada ves son más las que leen esta historia que he escrito para ustedes. Y me alegra muchísimo que ya vayan a ser 1K.
Y como van notando, el final de la obra está a la vuelta de la esquina. Espero que lleguen hasta el final del fic.
🐥🐰