12 : nuestros bebés

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Después de haber recibido la llamada, Jungkook había entrado en una especie de crisis nerviosa.

Estaba demasiado feliz, por fin vería a su novio, después de haberlo esperado por seis tortuosos días. Pero estaba preocupado. El maldito anillo se había pedido...bueno, no recordaba donde haberlo dejado.
Caminaba de izquierda a derecha tratando de recordar todas sus actividades de aquel día y las contaba con los dedos de sus manos.

Presionaba su cabeza con las palmas de su mano para obtener algún rastro de memoria en donde le indicara que pudo haber guardado en anillo.
Había gastado todos sus ahorros en aquel regalo y se negaba a darlo por perdido.
Ni siquiera había empezado  a buscar.

Escuchaba los pasos apurados de Namjoon en el pequeño segundo piso, y las quejas de SeokJin, también con alguno que otro regaño.
No sabe si quitar su camisa, pues su cuerpo empieza a ponerse caliente por los nervios que lo corroen.

Primero sale corriendo a revisar a los pequeños gatitos y verificando que ChimChim no lo habría tomado.
Tomando con cuidado los pequeños cuerpos de los felinos, palmera la camita de la gata cuando los levanta, pero los deja de inmediato cuando la madre le gruñe.
Decide dejarla tranquila y desea no haber alborotado a los gatos para que los moños en sus cuellitos no cayesen.

Después sube al cuarto de lavado, en donde busca por la tarja algún rastro de él pequeño anillo de Jimin.
Pero no encuentra nada y espera que no hayan caído dentro de las tuberías.

— ¡Jungkook! — escucha a Jin gritarle desde abajo. Y dale corriendo hacia el primer piso con una corazonada de esperanza.
Aprieta sus ojos y cierra sus manos en puños.

— ¿!lo encontraste!? — es lo primero que le dice cuando observa al mayor junto con Namjoon — ¿qué pasa?...¿no lo encontraron?— cuestiona, pues observa un semblante preocupación en ambos.

— ¿perdiste algo cariño? —  y aquella suave voz que logra erizarle los bellos de la piel, hace que casi caiga al suelo aturdido.
Todo se arruino.

Observa a Jimin salir desde detrás de la pareja de los dos más altos —¡vaya!, te ves muy guapo...— observa el rostro de su novio, y ve que la sonrisa que lo tiene hechizado desde hace mucho tiempo, se ensancha cuando quedan frente uno del otro.

Jeon no espera ni un minuto más, y camina lentamente hacia Jimin cuando esté estira sus brazos.
Ahora necesita un poco de consuelo.
Así que cuando esta a un paso del pequeño cuerpo de su pareja, toma los delgados brazos extendidos y los jala enrollándolos  en su cintura.
Observa detenidamente aquellos ojos brillantes que le sonríen con firmeza. Y siente que no ha visto a Jimin por años.

Siente el toque de Jin en su hombro, y por el rabillo de so ojo, los ve retirarse y salir de la casa.

Siente que Jimin lo aprieta más a él, y deleita su mirada cuando lo ve cerrar sus ojos, deteniéndose a observar con detalle los abultados labios que tanto había deseado por besar esos días.
Las ahora fosadas hebras de su cabello, le dan una apariencia dulce y demasiado tierna. No puede evitar pensar lo increíblemente hermoso que se ve.
Las yemas de sus dedos pican por contacto, y acaricia con amor el cabello teñido de el bajito en sus brazos.

— ¿te gusta? — el pelirosa pega su rostro al fuerte pecho de Jungkook y no evita sonrojarse al tener tanta atención en el. La mirada de su novio, sin duda sería siempre una de sus más fuertes debilidades. Haciendo que le temblasen las piernas.

Jeon, inclina hacia atrás su espalda, alejando las mejillas rosadas de sus pectorales, y con ambas manos, toma el mentón de Jimin, acariciando con sus pulgares los perfectos labios que lo tienen embobado y responde...

— me encanta — sin resistirse un minuto más, une sus labios mojándolos antes de pegarlos a los de Jimin.
Puede adivinar que su pelirosa se encuentra de puntillas, pues esta ves, no tiene que inclinarse tanto para alcanzar sus labios, aunque tiene agachar su cabeza para llegar a tocarlos.

Deja que todo el problema del anillo salga un minuto de su cabeza, y se encarga de disfrutar los esponjosos labios del bajito.
Pasa sus brazos del rostro del mayor a su espalda, en donde lo presiona contra el, haciendo que la estrecha espalda que sostiene se arquee.

Los dos respiran por la nariz y puede sentir todo el amor que se tienen, pero Jeon decide obtener más de aquel dulce beso que comparten en un aura llena de tranquilidad.
Separa sus labios y chupa el inferior de el de novio, jalándolo, pasando su lengua por ahí, y después jalándolo una ves más con sus dientes.
Escucha un bajito jadeo salir del pelirosa, y hace que el beso se torne más profundo cuando ambos separan sus labios para respirar mejor.

Jeon había pensado en mandar la cena al jodido carajo y cargar en brazos a Jimin para llevarlo a la cama.

Pero repentinamente, su pelirosa se había separado tembloroso, poniendo sus pequeñas manos contra su pecho y lo había empujado. Jungkook  arrugó su frente y juntó sus cejas haciendo un ceño fruncido ante tal acción.
Pero comprendió cuando observó a su novio morir de ternura.

— ¡woah!...tú, ¿de dónde los sacase Jeon? — cargó a uno de los pequeños gatitos que se había restregado contra su pierna, envolviéndolo en sus brazos dándole un pequeño beso esquimal.

<<solo es un gato Jungkook...solo una bola de pelos>>

— parece ser, que...ChimChim era hembra — le aclara, volteando cuando escucha detrás de él a las demás bestias felinas dar pequeños pasos a su dirección con agudos maullidos — y también parece ser que ya se fastidio de ellos... — termina de decir al ver que no los sigue la madre.

— ¿!de ChimChim!?...¡esto es increíble!. Serán como...¡nuestros bebés! —


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Queridas que leen mi fic, les agradezco que se queden conmigo en esta historia, me emociona las vistas que tenemos hasta ahora...😭❤️

¡¡¡Disfruten!!!
🐥🐰

Just a few days in Busan | Kookmin | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora