Capitulo treinta y nueve

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Colegio de Drusmtrang 

Alexandra Ageha estaba caminando por el colegio, se acomodaba su uniforme correctamente cuando se paro en seco, algo no estaba bien, pero ¿Que era?, miro el collar en forma de flecha que tenía, este por algún muy extraño motivo se estaba moviendo.

- ¿Que pasa? - pregunto para si misma 

Miro de nuevo el collar y una idea se presento en su mente, su padre era quien le podía ayudar ahora mas que nunca, con el permiso de su profesor se apareció en la mansión de su familia, ahí estaba su padre con el cabello negro como la misma noche, y sus ojos tan morados como los de ella, a su lado estaba su madre, ella era diferente a su padre pero parecida a ella, pues tenían la piel pálida las dos, cabello rubio y facciones delicadas.

-¡Padre! – grito Alexandra

- ¿Qué ocurre hija? – pregunto el azabache

- mi collar, quema, ¿Qué ocurre?, le ha pasado algo a mis padrinos – pregunto la chica preocupada

Ambos padres se miraron.

-Hija – suspiro – Recuerdas a Tom Riddle y Sev y Seb

- claro que me acuerdo –

- hija, Severus fue secuestrado – hablo Jason

Alexandra sentía que el aire le faltaba, ¿Su amigo secuestrado?, no podía ser cierto, por eso sentía su collar arder, Albus y Gellert estaban desesperados.

-Tengo que ir a Londres – los miro

- Ve, pero ten cuidado – pidió el padre de la joven

Alexandra miro a sus padres y asintió, tomo la vía Flu para legar rápido, pues sabía que sus padrinos la iban a necesitar más que nunca.


Ilvermorny. Estados Unidos.

Nadia estaba sentada en los jardines del colegio Ilvermorny apoyada en un árbol descansando, su hermano estaba también ahí, salvo que este estaba con la cabeza recostada en las piernas de la joven. Ambos estaban relajados cuando vieron el patronus de su madre apareciendo en el colegio.

-¡Nadia!,¡Nathan! – gritaba la pequeña criatura - ¡Vuelvan a casa rápido!

Los hermanos Boot se miraron, ¿Qué estaba pasando?, su madre jamás los sacaba del colegio a menos que fuera necesario.

Cuando tomaron sus cosas salieron corriendo a la oficina de su tío, este extrañado de que su madre los llamara acepto que fueran corriendo. La primera persona en llegar fue Nathan quien miro la mansión de su familia, ¿Dónde estaba su madre? Y su padre ¿Ya habría llegado de trabajar?

-¡Agua va! – se escuchó un grito

- ¡Auch! – se quejó Nathan – Maldita gorda quítate de encima

Nadia sonrió burlona, una vez que los dos hermanos se levantaron sintieron un temblor.

-Nathan esto no me gusta – sostuvo su brazo Nadia

- a mi tampoco – murmuro el chico

Unos leves gemidos y lamentaciones se escucharon, Nathan y Nadia se miraron ¿Qué estaba pasando?, no comprendía nada, con cuidado caminaron por la casa cuando ya estaban lo suficientemente alejados, una explosión se escucho, por inercia Nathan cubrió con su cuerpo a su hermana.

- ¿Estas bien? - pregunto el de ojos marrones

- si - suspiro ella

Nadia y Nathan eran como dos gotas de agua, cabello negro y ojos marrones, Nathan era de una estatura un poco baja para su edad, ya que media 1.65 mientras que Nadia media 1.70.

Ojos OnixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora