Capítulo 17

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Nos sacaron del recinto inmediatamente para evitar otro accidente. A las afueras del evento, las fans queriendo fotos y demás, pero no hubo tiempo ni de saludar. Más tarde, se explicaría el motivo de nuestra ignorancia. La verdad, estábamos todos muy asustados. Mientras íbamos hacia uno de los coches, Harry me llevaba de la mano y justo a mi lado, Louis. Me resultó raro.

Nos dirigimos a casa de Lou para que pudiera recostarme. Al parecer, el fuerte movimiento me había provocado un tirón en la herida, y me latía demasiado.

Subí a mi habitación yo sola, a pesar de la insistencia de los chicos de no dejarme sola. No se irían hasta que no estuviesen seguros de que estaba bien. Abrí el portátil para comprobar si tenía algún mensaje de mi madre, pero nada. Fui hasta el cuarto de baño y me refresqué un poco. Me hice un moño alto y comprobé la herida. Estaba en perfecto estado, al menos en la superficie. Pero el dolor punzante me estaba acribillando la cabeza. Regresé a mi habitación a por un spidifen y volví al salón con los chicos para prepararlo.

-         ¿Te sigue doliendo? –preguntaba Harry, mientras agitadamente buscaba alguna pastilla por toda la cocina-.

-         Si. Es la quinta vez que me preguntas en menos de media hora. Hazme el favor de sentarte. ¡Sentaros todos, maldita sea!

Puesto que no paraban de dar vuelta, mi grito los asustó. A modo de reflejo me obedecieron. Mientras se quedaban sentados en el sofá, como lo solían hacer en las entrevistas, yo diluí el pequeño sobre en muy poca agua, tibia. Lo moví varias veces y cuando había desaparecido, lo bebí de un trago. Cuando me giré, necesité sujetarme de la encimera para no caerme a causa del maldito mareo que me provocaba el dolor. Vi como Harry y Niall eran los primeros en ponerse en pie, a la vez que los demás hacían el amago. Les advertí con un dedo de que no se movieran, mientras mantenía mis ojos cerrados y hacia el suelo.

Pasaron unos eternos minutos hasta que aquel sobre empezaría a hacer su efecto. Anduve a duras penas hasta el sofá y Louis fue el primero en apartarse para que pudiera sentarme. Cuando le miré a los ojos, su forma de observarme había cambiado totalmente. Luego, Zayn me ayudó a acomodarme a la vez que Liam quitaba varios cojines. Harry me obligó a apoyar mi cabeza en su regazo mientras que Niall me acomodaba las piernas. Fue ahí cuando deseé con todas mis fuerzas que aquel momento no acabase nunca. Tenía a mis mayores ídolos a mi lado, reconfortándome.

-         Chicos…podéis marcharos. Estoy bien. –cerré los ojos nuevamente y sentí como el dolor iba desapareciendo-.

-         Que pesada con lo mismo siempre.

Harry acariciaba mi cabello, mientras los demás sonreían.

-         Voy un…momento al baño. –se excusó Louis y, mirándome, desapareció por el pasillo que conducía a las escaleras-.

-         ¿Qué tal está? –me atreví a preguntar cuando estaba segura de que no podía escucharme-.

-         Bueno, me atrevería a decir que en shock. –empezó diciendo Zayn, acercándose a mí-. ¿Eres consciente de que podías haberte matado? –sus ojos color miel miraban con insistencia los míos-.

Asentí, sonriendo.

-         ¿Eres consciente de que si no lo hubiese hecho habrías perdido a uno de tus mejores amigos?

Zayn lo pensó durante un momento y, mirando a Niall, como buscando su permiso, me tomó de las manos y las besó con ternura. Luego, se puso en pie y, dándose la vuelta para alejarse un poco, suspiró profundamente y soltó el aire de forma exagerada.

Se hizo el silencio en el salón. Luego, apareció Louis, con la cara petrificada.

-         ¿Louis? –Harry se puso en pie inmediatamente, tirando del brazo a Niall para que ocupase su lugar-.

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