Capítulo 18

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Desde aquel momento, las cosas serían más fáciles entre nosotros. Incluso llegué a perder la cuenta de las tantas conversaciones que llegamos a mantener Louis y yo. Poco a poco, fue conociéndome mejor, y creo que eso fue lo mejor para él, saber con quién estaba tratando y, sobre todo, estar totalmente seguro de que nunca, nunca, les haría daño a ninguno de ellos.

Me invadieron a preguntas desde que se descubrió quien era en realidad, exigiéndome todo lujo de detalles. Yo, por mi parte, hice el mayor esfuerzo posible para mantener la calma y permanecer serena mientras explicaba en qué consistía ser una fiel seguidora de ellos, y ser una gran defensora del mayor secreto de la banda. Todo cambió. Si antes habían sido simpáticos y educados, a partir de entonces el trato fue a mayor. No podía sentirme más a gusto.

Empecé a respirar con normalidad, y aquel pinchazo de culpabilidad que me había estado acompañando desde el minuto uno de mi llegada, se había esfumado. Lo importante ahora era hacer creíble toda aquella farsa. A pesar de que todo iba mejor en el interior, no cambiaría el hecho de que fuese fácil en el exterior.

-         Lo mejor será empezar porque intentes parecer feliz de que Harry está con alguien. –intenté que mis palabras sonaran lo más pacíficas posible, mientras observaba como Louis daba un sorbo a su cerveza, sentado en uno de los bancos del patio de casa de Lou-.

Había hecho buen tiempo aquel día, a pesar de encontrarnos ya en pleno febrero. Nos habíamos tomado ambos el día libre para charlar, una vez más. Harry estaría en acto benéfico para ancianos mientras que Liam y Zayn concedían varias entrevistas sin mucha importancia. Niall había ido a Irlanda de forma exprés para recibir a su segundo sobrino. Ésta vez sería una niña.

-         Es muy complicado lo que me pides. Aunque lo entiendo. –se apoyó en sus codos y me miró-.

-         Por supuesto que no es fácil. Y lo sé perfectamente. Pero…

Tenía miles de argumentos razonables y lógicos que darle, que seguramente lo convencerían, pero opté por hablarle como su fuera su amiga de toda la vida. Suspiré varias veces antes de responder, a pesar de saber que sus ojos me taladraban angustiados.

-         Te doy un truco. A ver si logra funcionarte.

Me acomodé en el duro asiento, cruzando las piernas y acercándome a él.

-         Cuando vayamos por la calle andando, cogidos de la mano, o cuando presencies un momento entre ambos…no lo mires a él. –frunció el ceño, divertido pero extrañado-.

-         ¿Qué quieres decir?

-         Mírame a mí.

Seguía con el ceño fruncido, pero mientras agachaba la cabeza más hacia él, intensificando la mirada para que entendiese sin palabras, fue relajando la expresión.

-         Lo haré.

Suspiré tranquila, le di un apretón de mano cariñoso y ambos seguimos disfrutando de las bebidas

Los meses fueron pasando, y la farsa iba viento en popa. Mis encuentros con Harry cada vez eran más frecuentes, aunque seguíamos sin confirmar la relación, al menos no oficialmente.

Seguí con mi labor de cuidar de Lux y de maquilladora, encargándome yo de casi todo al final de la temporada. El embarazo de Lou empezaba a complicarse un poco, imposibilitándole la mitad de las tareas. Informó, a finales de febrero, de mi puesto al mando de toda la estética de One Direction, dejándome a su equipo en mis manos. No tardé ni una semana en ganarme la confianza de todos, a pesar de no tener ni la más mínima preparación oficial. Sólo contaba con mi poca experiencia en la vida y los consejos de Lou.

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