Capítulo 14

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Después de aquella fatídica noche, no quise salir apenas de mi habitación. Pero no podía permitirme ese lujo. Debía cuidar de Lux, y más aún ayudar a Lou ahora que venía otro pequeño en camino.

En cuanto a los chicos, Zayn regresó con su familia, y llegué a escuchar rumores de que la relación entre Perrie y él flaqueaba. Liam, por su parte, también pasó las navidades en casa, para pasar más tiempo con su padre. Le aconsejé que se dejase de fiestas y chicas, y que se centrase más en los suyos. Niall se fue a Londres, mientras que Harry se quedaba en Londres para darle un poco más de avance a nuestra farsa. En cuando a Louis, se quedó en Doncaster y, apenas se le vio. Me enteré por su cuenta de twitter que había dado el argumento de un simple accidente en el baño, tropezándose con la alfombra y dándose en la nariz a causa del impacto con la bañera. A mis ojos no resultaba creíble, pero al parecer todo el mundo se lo había tragado.

El resto de las navidades fueron muy agradables. Veía a Harry casi todos los días, y pasábamos horas y horas charlando. En varias ocasiones durmió en casa de Lou, pero ésta vez en el sofá. Después de la última noche en mi habitación, no queríamos más sucesos como aquel.

El año terminaba, el tiempo corría, pero los avances que a mí me interesaban no ocurrían ni por asomo. Visité varias veces la oficina de Simon, que me felicitaba por el buen trabajo hecho. Mi sueldo iba en aumento, y yo no sabía qué hacer con tanto dinero. La mayor parte se la enviaba a mi madre, y así conseguí hacerla dejar de trabajar. Era lo único que me tranquilizaba.

El último fin de semana de aquel 2016, Lou y su marido, junto con la pequeña, se marcharon a casa de los padres de él, a Dover. Por lo tanto, nos habíamos quedado solos Harry y yo en casa.

Una tarde, sin nada interesante que hacer, me senté en uno de los bancos de metal blanco que había en el patio, en pijama aún y con mi sudadera negra ancha, teniendo dibujada mi bandera en el centro del pecho, difundiéndose.

Empecé a fumar uno de mis cigarrillos mentolados, hasta que se unió Harry por la puerta que daba al salón. Llevaba uno de sus pijamas, unos pantalones de lana oscura, unas pantuflas cómodas también negras, y una sudadera gris con capucha. Se colocó el cabello despeinado y se sentó a mi lado, cruzando las piernas al sentarse.

-         Te diría lo que a Zayn…pero creo que me darás la misma respuesta.

-         Exacto. –solté una bocanada de humo, sin mirarlo-.

-         ¿Tienes hambre?

Negué con la cabeza, mirando al suelo, con la vista perdida.

-         Le he dicho a Nick que se pasase.

-         Estupendo. –le había conocido en el cumpleaños del irlandés, y habíamos congeniado, así que su visita nos distraería a ambos-.

-         Me alegro. Te veo muy apagada.

-         Suele pasar cuando estoy totalmente sola

-         ¿Sale tu verdadero yo?

Hice un gesto con la mano libre del cigarrillo, dándole la razón. Se incorporó en aquel banco incómodo, acercándose más a mí.

-         Podríamos ir a cenar fuera.

-         Por mi genial.

Se quedó observándome con los ojos entrecerrados. Yo seguía sin mirarle, pero sentía sus ojos cavados en mí por el reflejo. Di par de bocanadas al cigarrillo, para luego mirarlo con las cejas enarcadas.

-         ¿Sabes? A veces es muy difícil conocerte a fondo.

Giré un poco mi cabeza, invitándole a que se explicase con claridad.

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