A la mañana siguiente, mientras nos dirigíamos de vuelta a Londres a enfrentarnos a la peor de las batallas, nuestros teléfonos no paraban de sonar. Decidí apagar el mío, y prácticamente obligué a los chicos a hacerlo. Respecto del resto del equipo, no pude controlarlo. No llegué a saber nunca si alguno habló directamente con alguien de la agencia, sólo contaba con los más cercanos. Los chicos de la banda se mantuvieron al margen, así como las familias. Ésta era una batalla entre ellos y Modest.
- No es necesario que estéis. –escuché decir a Louis entre gritos-. Podemos resolver esto nosotros solos.
- ¡Te hemos dicho mil veces que no! –el tono de voz de Niall terminó por despertarme-.
Estaba dormida en la planta baja del lujoso jet privado, cuando los gritos de los chicos me despertados. Al parecer, la bomba había alcanzado niveles exagerados. Estaban los cinco discutiendo entre ellos cerca del bar, con bebidas a cada lado. Mirando a los alrededores, no había nadie más. En la planta baja, todos dormían.
- No es vuestra guerra. –escuché a Harry decir, siendo el único calmado-.
- En ese aspecto no, pero en el otro sí. Maldita sea, ¿por qué diablos queréis ir solos? –nunca había escuchado aquel todo en Zayn-.
- ¡Porque no queremos que salgáis más perjudicados de lo que ya estamos todos! ¡Maldita sea! –terminó gritando Louis, asustándome mientras cruzaba el último escalón para llegar a ellos-.
- Suficiente. –dije, y todos se voltearon a mirarme-.
Niall no tardó dos segundos en ir hasta mí, preocupado.
- ¿Te hemos despertado? –preguntó, acariciando mi rostro y apartando mi cabello detrás de mis orejas-.
- Por supuesto que me habéis despertado, y como sigáis gritando vais a despertar al planeta enserio. ¿Qué coño está pasando?
Al mirar a Louis, que se sujetaba de la barra con ambas manos y suspiraba mirando al suelo, pude observar cómo estaban divididos. Él y Harry a un lado, y Ziam al otro. Niall estaba a mi lado, y allí se quedaría.
- Les estoy intentando hacer entender que, cuando acabe todo el tema del dinero, se aparten de todo esto. –Louis levantó la mirada y perforó mi alma cuando continúo-. Queremos que os apartéis. Todos.
Solté un largo y profundo suspiro. Podía entender perfectamente lo que estaba diciendo, así como mismo pude comprender lo que estaban haciendo. Sabían de sobra lo que era aquello, y el sufrimiento que han tenido que soportar, así que no querían que sus mejores amigos pasaron por eso, al menos, no durante más tiempo, siempre y cuando ellos pudieran evitarlo.
Sí, era más que comprensible, pero a mí personalmente no me daba la gana de apartarme. Eran mis ídolos, maldita sea, mis bebés, mis chicos, y no iba a rendirme tan fácilmente. Antes de que se alteraran más, planteé mi punto de vista.
- Eso es comprensible. –pude ver como Zayn enarcaba sus cejas en mi dirección, indignado, y Liam con la misma expresión-.
Me acerqué un poco más, hasta colocarme en el medio de los cuatro, apoyándome en la barra. Los miré a cada uno a los ojos y sentí la cercanía de Niall a mis espaldas, haciéndome temblar de miedo ante lo que podría aproximarse.
- Pero yo no pienso cumplir con eso.
- ¡Gracias! –soltó Liam, triunfante-.
Harry cerró los ojos, como esperando a una reacción catastrófica por parte de su novio, pero Louis se mantuvo pensativo, mirándome a los ojos, justamente como lo hacía cada vez que estaba a punto del colapso, cuando quería mandarlo todo a la mierda o cuando lo único que quería era apartarme de un puñetazo de su compañero.
