Capítulo 28

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The Royal Courts of Justice sería el castillo más alucinante que visitaría, al menos en temas judiciales, el edificio una gran estructura de piedra gris de estilo Gótico Victoriano. La sala en donde se tramitó el juicio era una de las más elegantes que jamás había visto en mi vida. Todos los muebles eran de madera pura, en un tono tan oscuro como mis propios ojos. En cuanto a lo demás, contenía todo aquello que guardaba un castillo de  la década de 1870.

A las afueras, creo que todos los paparazzis de todo el mundo se congregaron a las puertas de los juzgados para ser testigos de la resolución final, junto con más de veinte mil seguidoras del grupo. Era alucinante. Nosotros optamos por olvidarnos de lo que estaba pasando fuera, para poder centrarnos en lo que realmente importaba.

Aquel sería el día definitivo. Todo se decidiría aquella mañana. Habíamos acudido varias veces al mismo sitio, presentando pruebas tanto físicas como prácticas. Todos los papeles que tenía Eleanor bajo su poder fueron presentados por Martin de primera mano, así como todas las demás constancias de estafa hacia el mismo, por parte de la empresa.

En cuanto a Modest, tenían todas las de la ley con ellos, para ser sinceros, pero su único y mayor peso era la firma de los chicos en un contrato. Aquel 26 de julio del 2017, se llevaría a cabo todos los testimonios de los afectados.

-         Dígame, señor Horan… -comenzaría diciendo el abogado defensor de la parte acusada, soltando aires de superioridad que me sacaban de quicio-, ¿fue usted obligado a firmar aquel papel?

-         Absolutamente no. –Niall enarcaba las cejas, divertido-.

Aquello era una buena señal. A pesar de todos los nervios que todos teníamos, el irlandés se mantuvo fiel a sí mismo, sin titubear ni dudar un solo segundo. Yo por mi parte, estaba sentada entre Larry, porque ambos estaban demasiado asustados como para siquiera poder calmarse el uno al otro, así que pasé la mayor parte del juicio sujetándolos de las manos, empleando todas mis energías y las que ya no me quedaban para no romper a llorar en miedo y pánico.

-         ¿Fue persuadido por sus compañeros para hacerlo? –el abogado de Modest ya empezaba a desvariar, así que deduje que se estaba quedando sin recursos-.

-         No. –su respuesta fue firme y segura, y también con algo de enfado-.

-         No podemos negar que sus compañeros tenían cierto interés en conseguir sus propios objetivos… -se giró a mirarnos a nosotros tres, que le lanzamos miradas de desconcierto y fastidio-.

-         Protesto. –Martin se levantó del sitio, mortificado y un poco decidido, pues el abogado contario sólo estaba haciendo el ridículo-.

-         Concedido. Señor Richardson, no se vaya por las ramas. Ya ha dicho que no.

Suspiré con tranquilidad. Iba bien de momento.

-         No tengo más preguntas señoría.

-         Muy bien. –sonreí un poco al ver cómo el juez, un señor mayor con mucho pelo canoso suspiraba cansado-. ¿Señor Martin?

-         No tengo ninguna pregunta señoría. –triunfante, Martin recostó su espalda en la silla y se giró a guiñarme un ojo-.

Los siguientes testigos fueron Liam y Zayn. Sus alegaciones fueron breves, pues repetían casi a coro lo que durante semanas habíamos preparado junto a Eleanor. Llegué a pensar que eran expertos en economía mientras hablaban. Entre una batalla de preguntas por parte de ambos abogados, Liam no paraba de hablar con frases técnicas de económicas, mientras que Zayn se limitaba a sonreír sarcásticamente y de repetir: nos robaron el triple de lo que les habíamos confiado. Eso no iba incluido con nuestra firma.

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