Capítulo 8

2.2K 112 55
                                    

El campo de golf era espectacular, con sus prados totalmente verdes acompañados de pequeñas montañitas que diferenciaban los distintos trechos para jugar. A lo lejos, múltiples montañas nos hacían compañía. Estábamos colocados en el más apartado del recinto, donde ni paparazis ni intrusos pudieran llegar a ver. Liam se encontraba hablando por teléfono, junto con un amigo, mientras que Harry nos observaba a mí y a Niall con detenimiento, rascándose levemente la barbilla y con los ojos entrecerrados. El carito de golf estaba aparcado justo a nuestro lado, siendo nosotros los únicos clientes aquel sábado.

Niall estaba demasiado cerca. No quedaban centímetros entre nosotros. Se recostaba sobre mi pequeño cuerpo mientras con sus manos, acariciaba las mías sobre el palo. Intentaba mantener la cordura, pero me resultaba complicado con su aliento fresco haciéndome cosquillas en la nuca. Llevaba unos pantalones blancos con un jersey de rombos azul claro, una camisa de cuello en manga corta y el cabello descolocado de forma natural y sexy. Yo, me decanté pos unos pantalones blancos cortos, bien ajustados a mi figura, un polo blanco de Armani y unas zapatillas especiales para ese deporte. Llevaba el cabello recogido en una altísima coleta, estirando mi rostro a modo de lifting. Sólo llevaba pintadas las largas pestañas, un poco de colorete y carmín rosa claro en mis labios. No llevaba complemento alguno.

Su respiración era constante, rozándome la piel y poniéndomela de gallina. Mientras más indicaciones me daba, más tiempo quería que pasase así, cerca de mí. Divisé bien el agujero, colocado un poco lejos para mi experiencia inexistente en éste deporte, entrecerré los ojos y me dejé llevar por sus manos. La bola salió disparada después de un fuerte golpe, volando por los aires mientras yo, me quedaba embobada observando el perfil de Niall. Empezaba a tener algo de bello en la barbilla, hasta llegar a las patillas de su rostro. Apenas se divisaba, pero sabía que a él le hacían sentirse bien. Tenía los labios entreabiertos y sólo pensaba en besarlo.

Empecé a sentir demasiado calor, pues no me soltaba, a pesar de que la bola había entrado satisfactoriamente en el agujero, Harry aplaudía a nuestras espaldas mientras Liam regresaba. Pero nosotros no nos percatábamos de nada. Niall clavó su mirada en la mía, y sus ojos parecieron descubrir todos y cada uno de mis secretos, demonios o experiencias pasadas. Contuve el aire y sonreí de forma nerviosa. La mano de Harry sobre el hombro del irlandés nos sacó de aquel estupefacto momento.

Me separé con dificultad, agarrándome al palo para no tambalearme y caer. Respiré entrecortadamente mientras miraba al suelo. Aquello era demasiado para mis sentidos.

-         ¿Estás bien? –preguntó Liam sosteniéndome por el hombro-.

-         Sí. Lo siento es que me he mareado un poco.

-         ¿Quieres un poco de agua? –preguntó, acariciando mi hombro amistosamente-.

-         Si por favor. –rogué, para que volviese a dejarme sola y así poder recomponerme-.

Fue hasta el carrito, que estaba siendo vigilado por uno de los guardias, a pesar de la extrema seguridad en aquel sitio desolado.

-         Para ser tu primer tiro, no ha estado nada más. –empezó diciendo Harry, girándose hacia mí, sin soltar a Niall del hombro-. ¿A que sí Niall? –le invitó a entrar en un juego sospechoso, pude verlo en su sonrisa malvada-.

-         No creo que lo hubiese hecho yo sola. –dije, ocultando, por fin, mis malditas emociones-.

Miré a Niall, sonriendo, y él hizo lo mismo.

-         Bien, es mi turno. –Harry cogió el mismo palo de antes, donde mis manos y la del irlandés habían estado juntas durante más de cinco maravillosos momentos, y caminó hacia otro agujero-.

SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora