CAPÍTULO DOS

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A la salida de la escuela, espero a mi hermana donde siempre pero pasan los minutos y no llega. Me siento en la acera y recargo la cara en mis manos. Después de que pasa más de media hora, saco el móvil y marco el número de mi hermana lo más rápido que puedo.

« ¿Por qué se tardará tanto?» me pregunto mientras llamo a Bri.

—   Bueno ¿quién habla? —pregunta Bri al tercer timbrazo en un tono demasiado formal que no reconozco.

—   ¿Bri? —pregunto extrañada— ¿eres tú?

—   Ah, ¿qué sucede Alyssa? —pregunta volviendo al tono normal de Bri.

—   ¿Qué sucede?, ¿hablas en serio? —pregunto como si me hubiera hecho la pregunta más estúpida del mundo, y lo raro es que si lo es— ¿no se supone que deberías haberme recogido hace media hora de la escuela?

—   ¡Por Dios es cierto! —y si… se lo olvidó— perdón Aly pero no voy a poder ir, estoy algo ocupada—dice en tono alegre, se nota que está feliz— vete caminando, ya te sabes el camino a casa.

—   Pudiste haberme llamado diciéndomelo—digo molesta— seguramente ahorita ya estaría en casa tomándome una agradable ducha o quizá teniendo una cita con mi cama y yo.

—   Lo sé y lo siento pero, se me olvidó—me dice fingiendo estar arrepentida, suelto un suspiro.

—   Bien, nos vemos al rato—cuelgo sin esperar a que se despida, porque estoy molesta con ella.

Agarro mi mochila que la había dejado en el suelo, me la cuelgo en el hombro y comienzo a caminar.

Camino, una cuadra, luego otra, y otra, una más, vuelta a la izquierda, otras dos cuadras estoy demasiado cansada, llevo caminando casi una hora, jamás pensé que la casa estuviera tan lejos. Sé el camino de la escuela a la casa caminando pero nunca he ocupado ese método, siempre me llevaban y me traían en auto, así que no estoy acostumbrada y el peso de la mochila no ayuda en nada. Camino unas calles más, estoy sin aliento, paro un momento y me siento en la acera a descansar. Saco mi botella de agua porque estoy algo deshidratada.

Mientras recupero el aliento y relajo mis piernas, observo a los autos pasar frente a mí, algunos a gran velocidad, y otros a una menor. Algo llama mi atención a lo lejos, el chico de la parada de autobús esta mañana, se encuentra en otro extremo de la carretera y me mira con atención al igual que hace unas horas. No puedo evitar sentirme incómoda así que me levanto y continuo mi camino extrañada, ¿me estará siguiendo?, no, no lo creo, deben ser alucinaciones tuyas Alyssa.

Cuando llego a la entrada de la colonia exclamo un sonido triunfal, lo único que quiero es llegar a casa y darme una ducha. Camino en dirección a la casa y siento algo frío que se desliza por mi pierna, me sobresalto y reviso para ver que es. Miro mi pierna y tengo una gota de agua, después veo que cae otra y luego otra más.

Entonces recuerdo mi sueño, cuando me derretía, cuando aquel chico me quemaba. Volteó para ver si está detrás de mí, pero no hay nadie, cuando bajo de nuevo la vista hacia mi pierna, noto algo que hace que saque un suspiro de alivio. Las gotas provienen de mi mochila, de la bolsita donde justamente guardé la tostada que se congeló, « ya se está derritiendo »  me digo a mí misma.

Saco la tostada que ya esta empapada y la tiro en un contenedor de basura que está más adelante, suelto una risita por haber pensado que las gotas eran de algo más, « que ridículo si solo fue un sueño. »

Llego a la entrada de la casa y saco las llaves para abrir la puerta, cuando entro noto el frío que me hace sentir bien por mis andares en la tarde calurosa. Subo las escaleras y cuando llego a mi cuarto tiro la mochila en el suelo, me quito la corbata que me tiene harta ya que siento que me asfixia y el suéter, así que me quedo en camisola y en falda. Me dirijo al baño porque quiero darme una ducha de agua tibia, abro el grifo y mientras sale el agua voy por mi toalla y mi bata al cuarto. Regreso al baño donde ya se ha acumulado el vapor, lo que indica que el agua ya está lista. Me desabrocho los botones de la camisola y después me quito la falda, cuando paso la pierna encima de la falda me da una punzada en la pierna lo que hace que haga una mueca.

La Chica De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora