Capítulo 6

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Después de varios días en la escuela, conociendo mejor a sus nuevos amigos, y tratando de moderar su genio... se siente presa en su casa, con el silencio que reina siempre.

Toma su mochila, que lleva su ropa y lo que necesitará. Cuando llega a su destino, suspira con felicidad, entra, se apunta y renta por dos horas el salón, se coloca sus puntas maltrechas y se coloca las mallas para yoga, junto con una camiseta negra pegada al cuerpo. Hace unos pocos calentamientos y finalmente coloca el disco en la grabadora, le da Play y se olvida del mundo.

El estudio de baile renta los salones para practicar todo tipo de baile, en este caso, Kate baila ballet clásico, como una profesional, con movimientos precisos, fuertes y elegantes, antes iba a una escuela de prestigio, pero cuando Will se fue, sus ganas por la vida se fueron con él, hace más de un año que no bailaba, y para llevar eso, su cuerpo conoce a la perfección los movimientos y las posiciones.

Varias horas más tarde, Kate, sudorosa y cansada, sale del estudio, a la llamada número 15 de su madre apagó el celular, exhausta de tener que explicar dónde se encontraba, limitándose a un mensaje de: Estoy Bien :) . Tratando de recordar el camino de regreso a casa, va pensando en cuántas vueltas a la derecha hizo cuando se topa con un pecho fuerte, alza los ojos y se encuentra con una sonrisa bella, da un paso atrás para verlo bien y se encuentra con unos pozos color miel llenos de brillo.

- Pareces preocupada, Kate, ¿qué ocurre? Parece que hayas corrido un maratón de cinco horas. – Kate se sonroja y le sonríe.

- ¿Tan mal me veo?

- No, no, no me mal entiendas, incluso así te ves hermosa, pero no es como pensaría que te encontraría.

- Vale. Pues fue algo parecido, acabo de salir del estudio y trataba de recordar el camino a casa.

- ¿Del estudio? ¿El estudio de baile? – Liam parece sorprendido.

 - Sí, hum... ¿recuerdas cómo llegar a mi casa? – Liam se ríe y señala con la barbilla la calle para que lo siga.

- Y bien, ¿qué hacías por aquí? – le pregunta Kate a Liam, quien le mira de reojo. 

- Pensaba correr un rato, para relajarme.

Kate asiente y se detiene para atarse la agujeta, cuando se endereza, se miran directamente a los ojos, Liam mueve las manos hasta su cintura, trazando círculos con los pulgares en su piel, Kate mira fijamente sus labios, como hipnotizada.

- Kate... - murmura Liam, con el corazón acelerado y sus pensamientos centrados en una única cosa: besarla cuanto antes.

- Sí... - es lo único que basta.

Él desciende hasta que sus ojos están a la misma altura, le sonríe lentamente, se acerca y Kate contiene la respiración, se acerca lo más que le permiten sus piernas y se detiene cuando sus torsos están totalmente en contacto, finalmente sus labios entran en contacto, con suavidad, con nerviosismo, los de Liam suaves y cálidos, los de Kate aterciopelados y dulces... Pasan minutos o tal vez horas, ninguno está seguro de que el tiempo pase, Liam se detiene, apoya su frente en la Kate, con la respiración entrecortada ambos, con una sonrisa enorme y sus corazones latiendo como locos.

- Kate, eso fue... - comienza Liam y termina Kate:

- ¿Asombroso? ¿Increíble? ¿Genial? – y se ríe, Liam también se ríe.

- Todo eso junto y mucho más. ¿Quién diría que una chica ruda como tú podía besar tan dulcemente? – Kate se ríe y entierra la cabeza en su pecho y suspira.

Tu sonrisa...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora