Capítulo 10

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Esa misma tarde, después de la escuela, Kate y Liam caminan tranquilamente hacia el estudio de baile, ella no ha dicho palabra y él se siente inquieto, está aislada y fría, no entiende su actitud, él no ha hecho nada y no deja de pensar en lo que le dijo Taylor...

Kate, piensa en lo que le dijo Allie y no puede creerlo, ella no está enamorada, nunca lo ha estado y no se siente lista, no puede dejar que le vuelvan a romper el corazón, no quiere volver a experimentar la pérdida de un ser amado, no lo soportaría, cree que lo mejor es tratar fríamente a Liam para no involucrarse.

- Kate... ¿A dónde vas? Ya llegamos. - Kate da media vuelta y entra al estudio, no le dirige la palabra y él no puede estar más confundido.

- ¿Te ocurre algo? - le pregunta tímidamente.

- No. - se mete a los vestidores y él se queda ahí parado, incómodo y confundido.

Mientras se cambia, piensa en cómo escapar de Liam, no quiere estar con nadie, quiere alejarse de sus sentimientos y piensa que con Liam lejos lo conseguirá. Busca una puerta de emergencia y encuentra una al fondo, se dirige sigilosamente y cuando cree que lo logró, Liam le toma el hombro.

- ¿Qué ocurre, Kate? No entiendo nada, ¿hice algo mal? 

- Eh... no, no, me surgió algo en casa y tengo que irme. - se pone nerviosa y se sonroja.

- ¿Ibas a irte sin decirme nada?

- No... 

- ¿Entonces por qué ibas a salir por atrás? - se activa su mecanismo de defensa y el mundo arde.

- Porque sí, Liam. ¡Basta de preguntas, métete en tus asuntos y deja de ser tan intenso! ¡¿Qué te importa si me voy por enfrente o por atrás?! - la mira pasmado por un momento, no esperaba tal ataque de emociones, da un paso atrás y la mira desconcertado.

- Veníamos juntos, iba a verte bailar y no entiendo porqué no me dijiste que tenías un problema, tal vez pueda ayudarte en algo.

- ¡Deja de meterte! ¡No te importo, así como tú no me importas! ¡¿Por qué insistes tanto?! - el corazón se le va hasta los pies, no entiende qué pasó, por qué ella dice semejantes cosas o por qué está tan enojada.

- Kate, no entiendo, tendrás que explicarme porque ayer todo estaba bien y hoy de pronto soy lo peor del mundo para ti. - ella no se espera a que termine de hablar, abre la puerta y sale corriendo, Liam tarda unos momentos en reaccionar y para cuando sale a la calle no hay ni rastro de Kate.

Recorre las calles cercanas y no hay nada, le llama sin parar y le manda a buzón, va a su casa y su mamá abre la puerta.

- Hola, Liam, ¿Y Kate? - avergonzado y triste le responde:

- Hola, señora McAiden, lo siento, no tengo idea de dónde está Kate, ha salido corriendo y le perdí el rastro, tenía la esperanza de que estuviera aquí. - Susan se asusta y lo invita a pasar, en la cocina, ella busca su teléfono y le marca sin parar.

- ¿Qué fue lo que pasó?

- Si le soy sincero, no tengo idea, ayer todo estaba bien y hoy estaba rara, se ha enojado de la nada y ha salido corriendo... No entiendo. 

- Cielo, Kate es muy complicada, lleva tanto dolor dentro... le teme a sus emociones, le da miedo perder a las personas y lo único que sabe hacer al respecto es cerrarse en banda y evitar todo tipo de lazo emocional. No debería decirte esto, pero Will, mi hijo... - Liam la interrumpe para evitarle malos ratos.

- Lo sé, sé lo que le pasó a Will, no sabe cuánto lo siento. - Susan lo mira asombrada.

- ¿Te lo dijo?

- Sí. 

- Vaya... 

Kate entra por la puerta con celeridad, azota la puerta y mientras camina por el pasillo grita:

- ¡Si Liam me busca, no estoy! - y cuando entra en la cocina casi se va de espaldas al encontrarse ese par de ojos color miel.

- Liam... ¿Qué haces aquí? Mamá, ¿qué hace aquí? - su voz denota fastidio. Liam se revuelve nervioso y confundido.

- No sabía dónde buscarte, saliste corriendo sin razón, y no te encontré por ningún lado, pensé que podrías estar aquí.

- Kate, no seas grosera. Voy a dejarlos solos, estaré en el jardín. - Kate se sienta frente a él en la mesa de la diminuta cocina y siente que las paredes se le ciernen encima.

- ¿Qué pasa? - Liam la mira con dulzura, aunque se nota que no entiende nada, ella tampoco entiende.

- Esto se acabó, no puedo.

- ¿Por qué? Ayer todo estaba bien.

- Porque sí, Liam. - pone los ojos en blanco y él frunce el ceño.

- ¿Por qué dijiste que no me importas y que yo no te importo? - ella traga saliva y desvía la mirada.

- Porque no le importo a nadie y nadie me importa a mí.

- Eso no es cierto, te importa tu familia aunque no lo aceptes, te importa Allie sino no la defenderías como una loca, te importo yo, porque sino no estaríamos juntos... y nos importas a todos nosotros, más de lo que crees. - Kate se levanta de un salto y grita.

- ¡No me importa nadie! ¡No los necesito! No necesito sus mimos ni que me estén molestando con preguntas estúpidas todo el tiempo. - Liam baja la mirada, sus palabras le hacen daño, pero su comportamiento es el de un animalito herido y desconfiado que ahora le teme a todo, se siente acorralada y por eso reacciona así, pero cómo duele.

- Kate, basta, cálmate, no entiendo qué te hice yo.

- Ese es el problema, Liam, el maldito problema, vas a terminar haciendo algo, vas a irte y me quedaré sola y voy a sufrir si me aferro a ti... - solloza sonoramente y cae de rodillas en el suelo, Liam se levanta de un salto y corre a su lado, se sienta junto a ella y la rodea con sus brazos, ella llora en su pecho desconsoladamente. 

- Vete, Liam, largo. 

- No voy a irme. - le aparta el cabello de la cara y espera a que sus miradas se encuentren.

- Kate, no sé si pueda hablarte de amor, pero sí de interés, me interesas, me importas, y sé que tienes miedo, lo entiendo, pero te pierdes de tantas cosas por el miedo... ¿Por qué no sólo te sueltas y te dejas llevar? Prometo no hacerte daño y no irme a ningún lado. - sus ojos, llenos de lágrimas y temor, derraman mares de sentimientos guardados, los cierra y se pone en pie, él hace lo mismo, la observa atentamente.

- Será mejor que te vayas. Mañana nos vemos en la escuela. - no era la respuesta que esperaba, no era lo que quería, pero decide no presionarla más y la deja huir esta vez, aunque promete no desistir. Asiente, le da un beso en la frente y sale de su casa, camina cabizbajo hacia la suya y no para de pensar en maneras de sacarla de su torre de marfil para que deje de  sentir miedo...




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