Después de cenar con una agradable charla de cosas triviales, caminan de regreso a la casa de Kate a paso lento, con las manos entrelazadas y en un silencio agradable. Hasta que Liam piensa algo inquietante y le pregunta sin pensar mucho:
- ¿Kate, qué pasa si él te encuentra? – Kate traga saliva.
- No lo sé, supongo que no pasaría nada, no lo quería, no tiene por qué afectarme. – Liam no termina de creer que no pasaría nada, sabe que sí significó algo.
- Vale. – pasan unos minutos y Kate siente curiosidad.
- Cuéntame. ¿Has tenido otras relaciones? – Liam hace una mueca incómoda, ya sabía que le preguntaría en algún momento, pero no pensó que sería tan pronto.
- Eh...no creo que quieras saber. – Kate enarca la ceja y se ríe.
- ¿Por qué?
- Porque siento que no serviría de nada, no tiene sentido.
- Vale. – continúan un rato más en silencio y Kate trata de aminorar la tensión.
- ¿Cuál es tu color favorito? – Liam medita eso, no se esperaba ese cambio de tema.
- No lo sé.
- ¿Cómo no vas a saber? – le pregunta incrédula y deteniéndose, Liam se detiene unos pasos después.
- No tengo un color preferido, ¿tan malo es?
- No, es raro, todos tenemos un color favorito... - lo mira divertida y Liam termina contagiándose.
- Vale, deja la mente en blanco.
- Listo. – Liam le sonríe y Kate se coloca frente a él, lo mira a los ojos y sonríe.
- ¿Cuál es el primer color que te viene a la mente? – Liam cierra los ojos por unos segundos.
- Amarillo. – Kate arruga la nariz en una mueca muy graciosa y Liam se ríe.
- ¿Qué? ¿Amarillo?
- ¿Tienes algún problema con el amarillo? – sin ocultar su diversión le rodea la cintura con los brazos y pega sus torsos, Kate separa los labios, Liam se ríe.
- No me gusta el amarillo.
- Pues es mi color favorito. – añade con fingida altanería y Kate se ríe.
- Vale, vale, es tu color favorito pues. – Liam la besa, le sujeta la cara con una mano mientras que con la otra le rodea la cintura, Kate sonríe en medio del beso.
- Creo que debemos irnos ya. – se ponen en marcha y Kate continúa con sus preguntas.
- ¿Cuál es tu comida favorita?
- Mm... La pizza. ¿Y la tuya? – Kate lo medita un poco, Liam la mira con mucha atención y ella se siente muy bien.
- Los tacos. – Liam sonríe y se anima a preguntar algo él.
- ¿Cuál es tu lugar favorito en todo el mundo? – Kate se pone seria, pues lo primero que piensa es en cuánto amaba pasar las tardes en la casita del árbol con Will...
- Eh... no tengo un lugar favorito en el mundo. ¿Y tú?
- En cualquier campo donde pueda practicar sin interrupciones. – murmura no muy convencido, pues acaba de darse cuenta que preferiría estar con ella que en cualquier otra parte.
Llegan a la casa de Kate y se detienen afuera, ella le da un suave beso en los labios.
- Wow... - susurra Liam contra los labios de Kate. Ella se ríe con suavidad.
- Me tengo que ir. Liam, debes soltarme. – Liam frunce el ceño.
- No quiero soltarte nunca. – Kate se ríe, lo besa una vez más y se separan un paso.
- Nos vemos mañana. – se despiden con la mano y Kate corre a su casa antes de arrepentirse y regresar a los brazos del chico.
- ¿Es tu novio? – Kate se sobresalta al escuchar a Trina a su espalda, se da la vuelta y la mira recelosa.
- ¿Debería responderte por qué...? – su tono duro hace que Trina se encoja un poco.
- Solo era una simple pregunta, Kat. – Kate se tensa, el único que la llamaba así era Will y cierra los ojos con fuerza, para después dedicarle una mirada llena de odio, rencor y resentimiento, Trina ahoga un sollozo cuando Kate pasa por su lado hecha una furia y la empuja con el hombro.
Sube a su cuarto y se encierra, furiosa se pone a desempacar, con lágrimas de rabia corriendo por sus mejillas. Su celular suena en su cama y corre por él, se tranquiliza un poco al ver el nombre de Liam en la pantalla.
- ¿Hola? – Liam está acostado en su cama mirando el techo y nota el tono inquieto de Kate, así que se sienta.
- Hola, ¿ocurre algo? – Kate aprieta los labios con fuerza, odia escucharse débil, no le gusta la fragilidad de su voz, así que toma aire profundamente.
- No, nada, estaba... pensando en otras cosas.
- Vale. – Liam frunce el ceño no muy convencido, pero decide no presionarla.
- ¿Qué tal estás? – murmura Kate, de pronto nerviosa, se tumba en su cama y cuenta los paneles del techo.
- Estoy muy feliz, ¿y tú? – Kate sonríe con ligereza, Liam se vuelve a tumbar y mira sonriente al techo.
- Ahora estoy feliz. – susurra Kate. Liam siente que su sonrisa se ensancha.
- ¿Qué haces?
- Estoy mirando al techo.
- Yo también. – ambos se quedan en silencio, escuchando la respiración del otro y con una sonrisa enorme bailando en sus labios.
- Creo que debemos ir a dormir, Liam. – Liam cierra los ojos.
- Pero no quiero colgar.
- Yo tampoco, pero ¿tienes idea de la cantidad de saldo que se consumiría? – Liam se ríe y Kate sonríe.
- Vale, te veo mañana, descansa. – Liam suspira con dramatismo y Kate se ríe.
- Descansa. – pero ninguno cuelga.
- Kate, cuelga.
- Cuelga tú, tú me llamaste. – ambos sonríen como dos tontos, hasta que Kate decide colgar.
Se queda pensando en que quizá Liam y ella sí puedan ser felices, después de todo ella no ha vuelto a tocar ni una sola pastilla y tampoco se ha vuelto como antes... aunque sigue temerosa de que Liam la deje por alguien mejor.
Liam sueña con unos ojos azules y una sonrisa amplia y hermosa, deseando que esto que acaba de empezar no termine nunca...
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Tu sonrisa...
RomanceSiempre hay algo bueno después de la tormenta, viene la calma, dicen, Kate no parece muy convencida, pero Liam, Allie y su familia se encargarán de ello...