Capitulo 12. Acuosa seducción

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―Fallaste...fallaste...fallaste, maldito idiota―solo escuchaba esa voz dentro de mi cabeza, no veía nada ni estaba completamente consciente.

Abrí los ojos lentamente y pude ver a mis amigos rodeándome, Barry, Fátima, Roberto, Moisés y Marco.

―! Está despertando ¡―gritó Roberto mientras hacía un ademán con su mano a un comandante.

―! ¿La salvé?¡―pregunté al recordar lo que había sucedido anteriormente de manera exaltada.

―Sobre eso, amigo ...―dijo Roberto moviéndose a un lado, descubriendo a Madeline, quien llevaba una toalla sobre el traje junto con las demás chicas y un chico alto junto a ellas.

―! No lo creerás¡, ese chico es increíble, te salvó la vida―exclamó Dani.

Un enfermero de la marina se acercó con una jeringa en la mano y me dijo:

―Te inyectaré insulina para que te dé energía―mientras insertó la jeringa con insulina en mi brazo y se retiró sin decir más.

Logré reponerme y me levanté del suelo de la playa.

― ¿Quién es? ¿y qué pasó con el tsunami? ―pregunté mirando al sujeto. Un chico de unos 17 años, rubio con cabello corto, peinado de chico malo, de piel naturalmente blanca, aunque bronceada, con ojos color esmeralda y un cuerpo muy atlético, abdomen marcado y tatuajes en el pecho y lo.

―Pues nos dice que se llama Edward, Edward Norton―informó Moisés.

―Amigo, el chico detuvo el tsunami por su propia cuenta. Creo que puede controlar el agua o algo así. Yo vi que sacó a Madeline del agua y la llevó de un salto a la playa, puso su mano así―. dijo Dani mientras hizo una señal de "alto" con su mano izquierda y añadió― y es como si la ola se hubiera roto, el mar volvió a su forma real e hizo una pequeña ola que te trajo de vuelta a la playa. Aunque ambos estaban inconscientes, el chico reanimó a Madeline con respiración boca a boca y a ti el comandante te dio contracciones en el pecho.

Me puse rojo luego de escuchar eso último, mi mente comenzó a imaginar la escena. Tuve una combinación entre sentimientos de ira, tristeza e intriga. ¿Quién era ese chico?, y, ¿Cómo es que pudo hacer eso?

―De lo que sí estoy segura es que está muy guapo―comentó Fátima mordiéndose el labio inferior y con una sonrisa leve de malicia.

Debo admitirlo, mi mente comenzó a divagar, el chico no era feo y debo admitir que ahora estaba celoso, pero después de todo me había salvado la vida y lo mínimo que podía hacer era darle las gracias, así que sólo me acerqué a él y le dije:

―Muchas gracias por sacarme del agua amigo, ¿Cuál es tu historia? ―mientras intentaba mantener una sonrisa falsa para simular un poco el toque de celos que sentí.

―Sí, bueno. El alfa debe proteger a los cachorros, ¿no? ―me dijo mientras se acomodaba el cabello con un tono egocéntrico.

―Perdón? ―francamente no entendí su actitud, ¿le había hecho yo algo malo?

―Tú, cuatro ojos, ¿tienen un poco de comida? me muero de hambre―dijo ignorándome mientras se dirigía de esa manera a Madeline.

―Creo que los soldados tienen un poco de raciones―exclamó Madeline con un volumen bajo, como si estuviera nerviosa. Me pareció estúpido que ella hiciera caso, aún después de cómo la llamó.

―! ¡Oye amigo, estuviste asombroso! ―gritó Dani mientras caminaba hacia nosotros.

―Jajaja, por supuesto, Speedy―dijo Edward mientras estrechaban sus manos.

SingularidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora