Singularidad

Capitulo 7. Aquello que nos hace humanos

El punto de reunión era un patio bajo techo, literalmente, la única decoración que había en el lugar era un circulo blanco dentro de un cuadro verde, el símbolo de un punto de reunión pintado en el suelo de concreto.

Nos encontrábamos formados en ese punto cuando llegaron muchas camionetas negras, de una de ellas volvió a salir el agente de lentes oscuros, se puso en posición de firmes frente a nosotros y nos dijo:

―No tenemos mucho tiempo, solo les diré lo que deben saber. Ocurrió un sismo con epicentro en la capital del Estado de 8.4 grados en la escala de Richter, hubo muchos afectados, edificios y construcciones derrumbadas, tenemos ordenes de enviarlos a ayudar. Ahora, sabemos que aún no controlan del todo sus habilidades, pero ustedes han aprendido más rápido de lo que creíamos, por lo que esto servirá de práctica. Subirán a estas camionetas y los transportaremos por helicóptero.

Acto seguido, entramos en las camionetas gubernamentales, 3 chicos y 2 hombres armados en cada una, según las órdenes del hombre de gafas oscuras. Yo entré en la misma camioneta que Barry y Moisés. En el camino, un agente sacó un teléfono celular de su bolsillo derecho mientras dijo:

―Cada uno tiene derecho a contactar a sus familiares en un caso como este.

Barry tomó el teléfono y comenzó a marcar, hubo un momento de silencio, pude observar cómo su rostro comenzaba a tornarse preocupado, no contestaron. De inmediato comenzó a teclear más números.

―¿Todo está bien? ― le pregunté, pues, yo también me encontraba muy preocupado.

―Mi mamá no contesta.

En ese momento pude sentir cómo su voz se notaba temblorosa, aunque de nuevo volvió a llamar.

―¿Papá?, ¿Están bien? ― dijo con un leve tono de alegría, aunque su rostro no dejaba de mostrar preocupación.

En ese momento me volví para mirar a Moisés, quizá se encontraba tan preocupado como yo, se le veía en su rostro. Entonces Barry terminó de llamar, quitó el teléfono de su oreja y me lo dio.

― ¿Todo está bien? ― me animé a preguntar, aunque al parecer la respuesta era obvia.

―Mi mamá no contesta, pero mi padre dice que se encontraba en nuestro apartamento y él había salido a comprar comida china...

―Igual y sólo tiene el teléfono descargado― dijo Moisés tratando de animarlo.

―... El edificio donde se encontraba nuestro apartamento, fue uno de los que se cayeron.

Dicho esto, enserio me preocupé y lo único que se me ocurrió decir:

―Oye, seguro que se encuentra bien, y si no, la salvaremos― le dije mientras puse mi mano en su hombro.

―Además, ahora todos están buscando personas bajo los edificios, si algo le pasó, seguro la encontraremos a salvo. ― añadió Moisés.

―Tienes razón― dijo Barry mientras intentaba mostrar una sonrisa.

―Solo espero que esté bien―dije, mientras marcaba a mi madre.

Enserio, no puedo describir lo ansioso que estaba en ese momento, pues en realidad quería que mi madre contestara, esos fueron los segundos más largos de mi vida. Una voz, luego de un tono final en la llamada dijo:

― ¿Hola?

Maldita sea, en ese momento pude sentir un gran alivio, ya había perdido a mi padre en un accidente de tráfico, no me perdonaría el perder a mi madre, no lo soportaría.