Singularidad

Capitulo 5. La práctica hace al maestro

Enseguida, nos dirigimos a un salón, igual o más grande que el cuarto de entrenamiento, solo que aquí no había mucha decoración, un cuarto gris, sin ventanas, solo ventilación y unos cuantos espacios pintados en el suelo, razoné que ese salón se suponía era para utilizar nuestras habilidades a manera de estudio o prueba y error. Pude notar que allí se encontraban: Roberto, Moisés, Barry, Fátima, Madeline y yo ...recientemente. Entonces la doctora se dirigió a mí y me dijo:

―Deberás concentrarte y tratar de repetir lo que hiciste hace un rato, ahora probaremos con otro individuo― dijo mientras apuntaba a Barry.

Asentí con la cabeza y nos colocamos dentro de una franja, mientras me concentraba en volver a repetir lo que hice hace un rato.

Me concentré bastante por lo que yo creí que fueron 10 minutos, ya me encontraba agotado. Pude observar que poco a poco la habitación se iba llenando progresivamente por más personas, fue increíble ver a todos comenzar a dominar sus habilidades... hasta que se escuchó una trompeta.

Esta había sido tocada por el hombre de gafas negras como el abismo y traje que nos había traído aquí en un principio, y gritó con voz de mando:

―! Hora de comer ¡

Por lo que todos nos dirigimos al comedor, entonces le pregunté a Fátima:

―Hey, Fati, ¿cómo te fue?

―Pues no hay mucho que controlar, lo que hicieron fue anestesiarme y empezaron pinchándome con una aguja esterilizada, la herida sanó más rápido de lo que yo alcancé a ver, luego lo repitieron en cada parte de mi cuerpo, para saber si podía tener yo un punto débil, total que no- respondió.

―Entonces, tú, en teoría, ¿ya puedes iniciar prácticas? ― le pregunté.

―Mmm, no, yo también pensé eso, pero al parecer, debo iniciar las pruebas físicas y prácticas de tiro para evitar cualquier riesgo en el campo, al menos eso me dijeron― me contestó.

―Y no te han dicho nada respecto a las clases o sobre qué día vamos a regresar a casa? ― pregunté.

― Pues yo iré a preguntar terminando de comer, voy a ver cómo será― me contestó de manera segura.

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando, al llegar al comedor, observamos un chico parado junto al hombre de traje y gafas oscuras, quien dijo:

―Su compañero Marco se unirá a ustedes en este momento, formará parte del equipo omega, sin embargo, no se confundan, él posee telequinesis y telepatía, eso lo hace uno de los más poderosos entre ustedes. Nosotros nos hicimos cargo de ayudarlo a controlarse desde que ocurrió el incidente y ahora que se encuentra estable, entrenará con ustedes- mientras articulaba ademanes para que Marco se integrara con nosotros.

―Señor, ¿respecto a nuestras clases? ― preguntó Fátima, a lo que el hombre respondió:

―Ah, lo olvidaba, se les impartirán clases en esta instalación hasta que logren controlar por completo sus habilidades y, por supuesto, sus padres podrán visitarlos, no sin antes llamar a sus teléfonos celulares, los cuales por el momento están codificados para que nadie pueda interceptar una llamada suya.

―Acaso eso no es ilegal en un caso regular? ― preguntó Jorge.

―Ustedes no son un caso regular ― dijo con voz exasperada el hombre.

―Aún seguimos teniendo derechos humanos, por si no lo sabía― dije con ganas de haber permanecido con la boca cerrada, pues sabía que había dicho algo muy estúpido.