Tras hablar con mis padres colgué dejando el teléfono a un lado bastante calmado por lo que habíamos hablado.
–Que tal las cosas con tu tío? –Dudo Daiki mientras planchaba la ropa.
–Bien, está mejorando bien, aunque la rehabilitación le está costando –Conteste levantándome del sofá para acercarme a él–. Creo que mis padres se sesgan planteando traerlo a vivir a casa, pero son suposiciones.
Tras acercarme y ponerme en frente suya solo separados por la tabla de planchar conseguí que me diera un corto beso antes de coger la ropa que ya tenía planchad para doblarla bien.
–Está bien, así que no hay mucho de que preocuparse, solo es cuestión de tiempo que se recupere –Contestó siguiendo con su plancha.
–Si, por eso no estoy muy preocupado, más en suspense me tiene Ren –Respondí doblando la ropa con calma.
Desde que habíamos empezado a vivir juntos nos habíamos acostumbrado con rapidez al otro y no teníamos demasiados problemas, creo que incluso esto nos había servido para conocernos más al otro y, en mi caso, relajarme más estando a su lado.
–No lo está pasando muy bien, pero alguien que no quiere ayuda es imposible de ayudar, más en su situación –Respondió encogiéndose de hombros.
–Tú conocías de antes a Ren, verdad? –Pregunte recordando cuando lo había llevado a la enfermería cuando aún estábamos enfadados.
–Si, lo había visto entrenar desde muy pequeño, mi hermana adoraba verlo, tenía un talento innato para las piruetas y los saltos y se sabía desde siempre que tendría mucho futuro en la gimnasia rítmica.
–Y precisamente por un salto se acabó todo –Murmuré cortando lo que estaba diciendo.
–Estas cosas son imprevisibles, una vez estás en el aire solo puedes rezar por haber cogido el impulso adecuado, Ren lo sabe, el problema es que él prefería no haber sobrevivido a la caída –Añadió suspirando ligeramente antes de apagar la plancha–. Siendo sincero, si fuera él yo habría deseado lo mismo.
–No digas eso, no creo que Ren siga pensando algo así ahora, solo le cuesta encontrarse ahora que perdió esa parte de sí mismo que era la gimnasia –Conteste mientras él dejaba la ropa restante recién planchada encima de la mesa donde estaba doblando todo.
–Yamato, alguna vez has tenido algo por lo que te desvivías y era lo único en lo que veías que tu vida tenía sentido? –Preguntó cambiando de tema bruscamente.
Su expresión demasiado seria hizo que un escalofrío me recorriera la columna vertebral dejándome algo dudoso con lo que responder.
–No, nunca me ha pasado –Me sinceré con los ojos clavados en los suyos.
–Entonces no puedes hacerte ni una pequeña idea de lo complicado que está siendo esto para Ren y las ganas que seguramente recorren su cuerpo prefiriendo la muerte a la vida –Contestó consiguiendo que apartara la vista de él haciéndoseme difícil escuchar eso de forma tan directa.
–No digas eso, por favor –Murmure apoyándome en la mesa y cerrando los ojos incapaz de asumir esas palabras.
–Yamato, aunque intentes huir de la realidad no puedes, las heridas físicas se curan, las psicológicas no. Si lo asumes para cuando Ren esté dispuesto a recibir ayuda si podrás ser capaz de hacer algo por él.
–Lo dices como si entendieras todo lo que pasa por la cabeza de Ren ahora mismo –Espete sin pensar.
En cuanto le vi a la cara de nuevo su expresión había cambiado a una más tensa y fría y se mordía el labio inferior como si hubiera estado a punto de decir algo fuera de tono sin pensar como yo acaba de hacer.
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Fin (Yaoi/BL)
RomanceRen, tras una vida de dedicación a la gimnasia tendrá que replantearse su vida desde cero tras descubrir los sentimientos por su mejor amigo y un fatídico accidente que le quitará todo en lo que soñaba para el futuro. Él y sus amigos tendrán que emp...