Capítulo XVI

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Jaz se acercó de a poco, despacio. Pasó su brazo izquierdo por encima de Flor y la acercó a su cuerpo. Le dio muchos besitos en el cachete, lo cual hizo que Flor se despierte.

—Buen día —dijo con voz de dormida.

—Buen día —le respondió Jaz abrazándola y metiendo su cabeza en el hueco del cuello de Flor.

—¿Cómo estás de tu enfermedad falsa?

—Mejor, porque estoy con vos.

—A veces me gusta lo chamuyera que sos.

—¿A veces nada más? Yo creo que te derretís por mí.

—Un poquito —Flor dejó un beso en la cabeza de Jaz—. ¿Qué hora es? ¿Por qué te despertaste tan temprano?

—Porque tenemos que ir al colegio, y no quería que nos venga a despertar tu mamá o Vir a los gritos, o que nos vean abrazadas o algo así... además me gusta tenerte un ratito para mí.

Flor agarró a Jaz de la cabeza para que la mire a los ojos. Le dio un beso en los labios, luego otro. Jaz se dio cuenta que los besos se estaban intensificando, y por más que quería seguir sabía que no se podían dejar llevar en ese momento.

—¿Por qué no vamos a desayunar? —preguntó, creando un poco de distancia entre sus cuerpos.

—Bueno —dijo Flor un poco confundida.

Las dos bajaron las escaleras y caminaron hasta la cocina. Prepararon tostadas, café, y exprimieron unas naranjas para ellas, Teresa y Vir. Después de unos minutos escucharon pasos en la escalera.

—¿Qué es ese olor? —preguntó Vir con los ojos chinos de apenas despertarse.

—Hicimos el desayuno —le respondió Flor con una sonrisa.

—¿En serio?

—Sí, boba.

—Wow, me parece que voy a invitar a Jaz más seguido. Si logró despertarte a vos y que hagas el desayuno debe tener algún talento que no conocemos... o estás amenazando a mi hermana —dijo Vir, girando la cabeza para ver a Jazmín—. ¿Flor, te está amenazando?

—No la estoy amenazando —dijo Jaz entre risas.

—Bueno, mirá, si me va a seguir haciendo el desayuno amenazala todo lo que quieras.

—Qué mala hermana que sos.

—No soy mala. Hay que aprovechar las sorpresas de la vida, ¿no?

Teresa apareció por el umbral de la puerta ya vestida para ir a trabajar. Se sorprendió un poco a ver a Jazmín levantada y con buena cara.

—Buen día —dijo saludando a cada una con un beso, cuando llegó a Jazmín la miró detenidamente—. ¿Te sentís mejor? ¿No tenés ganas de vomitar?

—No, Teresa. Estoy bien ya, gracias por preocuparse.

—¿Vas a ir al colegio?

—Sí, sí. En serio, ya me siento perfecta.

—Bueno, si te sentís mal durante el día me llamás de nuevo y te voy a buscar.

Jazmín le dio una sonrisa de agradecimiento y se sentó al lado de Flor para desayunar. Las tres chicas fueron a cambiarse y luego Teresa las llevó hasta el colegio.

—¿Qué hacemos hoy? —preguntó Flor.

—No sé, lo que quieras. ¿Qué querés hacer?

—Podríamos ir a algún lado, ¿no?

No hay manera de perdernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora