Capítulo XIV

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La rutina era la misma, pero algo dentro de Flor era muy distinto. Volver al colegio después de ese fin de semana, después de todo lo que pasó y cambió, se sentía raro. Tenía muchas ganas de ver a Jazmín, pero al mismo tiempo no podía ocultar demasiado el miedo que le recorría el cuerpo. ¿Qué pasaría si sus compañeros podían notar que había algo entre ellas? ¿Qué pensarían? ¿Qué les dirían? Todas esas dudas nublaban su mente, pero siempre ahí para calmarla estaba Jaz. Flor no tenía que hacer más que pensarla para tranquilizarse en un segundo, porque sabía que pase lo que pase ella siempre la iba a acompañar.

Esta vez fue Flor quien apuró a Virginia para ir al colegio. No aguantaba un minuto más sin estar cerca de Jaz. Llegaron veinte minutos antes de que toque el timbre, por lo que Flor se sentó en su banco y esperó.

Ahí estaba. La veía acercarse por el pasillo, con la mochila colgada de un hombro y la camisa por afuera de la pollera como siempre. Jaz levantó la cabeza e hicieron contacto visual. Una sonrisa de complicidad iluminó la cara de ambas. Jaz dio un par de pasos de costado, como si estuviese bailando, lo cual logró una carcajada por parte de Flor, que se intensificó cuando el preceptor le dijo a Jazmín que se apure a llegar al aula.

—Qué lindo que bailás, medio un cuarteto te tiraste ahí.

—Sí, ¿viste?. Todo para vos fue.

—Wow, me halaga.

Jazmín dejó la mochila en el piso y se sentó al lado de Flor. Apoyó el brazo en el banco y su cara sobre la mano, mirando a Flor.

—¿Qué pasa? —dijo Flor un poco colorada.

—Sos muy linda —le susurró Jaz acercándose un poco.

Flor se mordió el labio, sin poder creer que esa era su vida ahora.

—¿Cómo dormiste? —preguntó Jaz.

—Muy bien... creo que me voy a quedar con el buzo que me diste.

—Es todo tuyo. Igualmente, cuando me esté congelando en alguna calle desolada de la ciudad, va a ser todo tu culpa.

—Sos exagerada, eh. Además no te va a pasar eso.

—¿Qué sabés vos?

—Lo sé porque voy a estar yo con vos.

—¿Prometés abrazarme cuando haga frío entonces?

—Siempre.

—Espero muchos abrazos entonces.

El timbre retumbó por todo el colegio. El día comenzaba.

La clase de Vergara era un martirio como siempre. Jaz no paraba de dibujar por todos los márgenes de la hoja, Flor, en cambio, hacía los ejercicios sin parar.

Jaz le pasó un papelito.

"Me aburro L"

Flor la miró y le respondió en el mismo papel.

"Hacé la tarea"

"No me sale. Me vas a tener que ayudar"

"Uh, qué feo eso de vernos después de clase"

"Sí, un bajón"

Flor guardó el papel en el bolsillo de la campera y siguió trabajando. Jaz le mandó otro papelito.

"Voy a pedir de ir al baño. Esperá un ratito y vení"

Antes de que Flor pudiese escribir una respuesta, Jazmín levantó la mano y pidió permiso para ir al baño. Vergara la miró con mala cara pero la dejó salir del aula. A los pocos minutos, Flor hizo lo mismo.

No hay manera de perdernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora