Alec
Magnus se había estado comportando extraño durante varios días. A veces se iba y regresaba hasta la madrugada.
Por lo general lo esperaba despierto para hablar de lo que sea, se había vuelto costumbre hacerlo, era cómoda su compañía y cada plática que teníamos.
Sin embargo, sabía que algo le estaba preocupando así como sabía que se iba a otros lugares a ver personas o demonios, no sé.
Su ropa a veces apestaba a cerveza y aunque su aliento siempre era fresco, también se le impregnaba el olor a cigarro.
No puedo preguntarle nada, porque no me corresponde, no es como si fuera su novio y aunque lo fuera, es algo muy posesivo preguntarle qué hace cada vez que se va.
Pero estaba sintiendo algo incómodo internamente. Quería que confiara en mí y me platicara lo que hacía y sentía.
Al parecer no habíamos llegado a esa parte de nuestra ¿amistad?
– Estás hablando muy fuerte. – Su voz masculina me sacó de mis pensamientos.
– ¿Qué? Yo... – Mierda ¿estaba pensando en voz alta?
– Sé que estabas pensando en algo porque tú mirada cambió, eres muy expresivo aunque no digas nada.
– Ah yo... Problemas en la escuela, no es nada.
– Te digo que eres muy expresivo y se te ocurre mentirme ahorita. – Fue más una afirmación que pregunta.
– N-no, no es nada, en serio. – Desvié mi mirada hacia mi tarea.
– ¿Te están molestando? O ¿Sebastián te anda acosando de nuevo? – Preguntó más serio.
Por preguntas de esas, donde muestra su preocupación por mí, es cuando mi estómago da una vuelta y mi corazón palpita a no más poder.
– Ni una ni otra... En serio estoy bien. – Hice una media sonrisa y seguí escribiendo cosas sin sentido.
La verdad ni sabía qué tarea tenía y su presencia me estaba causando un extraño estremecimiento.
– Alexander ¿seguro que estás bien?
Magnus había estado todo este tiempo sentado junto a mí, pero se levantó y me sorprendió aún más lo que hizo.
– Est- ... – Una anillada mano fue puesta en frente.
De inmediato la sangre viajó completamente hasta mi cara.
– No sé mucho de enfermedades pero creo que estás más caliente de lo que debería de estar un humano.
No tenía fiebre.
– ¿Qué es lo que tanto te preocupa? No me mientas. – Mi voz no trastabilló, la duda había salido desde lo más profundo de mi mente.
– ¿Preocuparme? Estoy normal, como siempre. – Contestó mientras quitaba su mano de mi frente, provocando que sintiera frío ante la falta de tacto.
– Te dije que no me mintieras. – Creo que podría enojarme, porque ya había pasado más de un mes de conocernos.
La confianza ya estaba generada. Como él, yo también me angustiaba cuando sus acciones demostraban nervios.
– De acuerdo. – Se sentó en la orilla de la cama y juntó sus manos pensando en qué decir. – ¿Te acuerdas del dardo?
– El rojo que me había lanzado algún pingo en mi brazo, sí.
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AGATHION
Fanfic[COMPLETA] No es su deber cuidar, no tiene razón alguna en hacerlo, le es indiferente las situaciones existenciales. Pero solo con verlo, simplemente le nació hacerlo. Pidió por él, un demonio al fin, puede generar problemas con solo tocarlo pero...