Rursus

520 64 14
                                    

Magnus

No. No. No.

Esto no debía estar pasando. Era malo esto.

¿Por qué lo hizo? ¿Por qué arriesgarse a besar a un demonio?

Pero sobre todo...

¿Por qué lo estaba permitiendo? Seguir el juego de sus labios. El roce tan cálido, tan suave y tan mortífero para él...

Para mí porque me estaba gustando.

No hacía falta durar minutos, ni moverse, solo posar sus labios sobre los míos, fue suficiente para darme cuenta, que nuestro vínculo estaba hecho.

Ya no había nada para romperlo, excepto por mí. Solo yo podía y debía hacerlo. Tenía que hacerlo. Por su bien.

Lentamente se separó de mí, haciéndome sentir ese frío en mis labios, un rastro que nunca nadie me había ocasionado.

– Ma-Magnus yo... – Intentó hablar, sabía que estaba hecho un lío su cabeza.

Igual que la mía, nos besamos y por lo que noto en su cara roja, sé que le gustó y que confirmó sus sentimientos hacía mí.

– Esto no pasó, Alexander. – Lo lamento tanto. – No lo vuelvas a hacer. – Aunque es lo más que quiero. – Recuerda que soy un demonio y yo solo quiero pagar mi deuda.

Traté de controlar mis pensamientos y alejarlo con mis palabras, ahorita no había efecto alguno pero si dejaba que esto avanzara, lo iba a dañar.

Más aún que el haber sido marcado.

Vi su cara de dolor, sus ojos llenos de lágrimas, su cara que estaba roja se tornó más pálida que de costumbre y su mirada se apagó antes de agacharla.

– Entonces vete. – Su voz tan fría y lastimada me provocaba saltar encima de él y abrazarlo.

– Alexander... – Pero todavía no podía dejarlo ir, quería estar más tiempo a su lado, asegurarme que nadie lo dañara.

– Vete Agathion, cuando nos conocimos me dijiste que cuando ya no fuera a requerirte, te irías, y ya no te necesito, así que, vete.

Que haya dicho mi nombre como demonio, dolió. Sentí como si me hubieran ofendido con la realidad que tengo.

Sin más, me levanté de la cama y antes de salir volteé a verlo de reojo, viendo como una lágrima caía por su cara.

Las cosas debían ser así.

...............

– Venga Agathion, el muchacho está seguro, mataste al demonio que lo marcó. – Bifronte me pasó otro vaso con un líquido verdoso.

– Mate a un demonio mayor que puede que lo haya marcado.

– Seguirás al pendiente de él ¿cierto? Así como estos tres pasados días.

– Yo... No puedo borrarle la memoria y romper el vínculo, le dolerá y más a mí, mejor que siga con su vida, mientras yo lo cuido.

– Te diría que entiendo, pero no lo hago... Dime, ¿cómo se sintió ese beso?

– Inexplicable, tantos años viviendo y nunca experimentar algo así. Es solo un humano, no sé... No sé porque me siento tan vulnerable.

– ¿Por qué no le dices la verdad? A lo mejor no puedan estar juntos románticamente pero sí como amigos.

– De cualquier forma es doloroso, el nexo se ha hecho muy fuerte. Debe conocer a alguien más, enamorarse de alguien de su especie y tal vez, con el tiempo, se rompa el mentado vínculo que yo mismo generé.

AGATHIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora