Capitulo 2:
Su cuerpo brillaba sin luna, era tan hermoso.
Yo estaba en el pie de ese gran árbol, mirandolo desde abajo en un largo momento de silencio.
Lo único q se me ocurrió hacer fue sonreírle, pero sus ojos me impedían hacerlo bien, él solo miro mi boca que intento dibujar una sonrisa, y vi claramente que sus blancas mejillas se sonrojaron… no sabía qué hacer. Hasta que su amigo llego apropiadamente.
-no sé que querrán hacer estos dos juntos, parece que se han aliado, me preocupa que tu padre se llegue a enterar de que es…-dijo Higure, antes de mirarnos, totalmente sonrojados, se que Jiki lo estaba, y yo sentía mi cara ardiendo. Lo miramos con cara de susto.-hee… lo siento creo que…- sonrió por fin vi algo de su cara, su capucha no me había dejado verlo, era atractivo, debo admitir, pero Jiki…-me volteare hacia…-
Se dio la media vuelta rápidamente, pero su frase fue interrumpida por un flechazo con dirección a su cuello, que afortunadamente detuvo.
-¡Higure!- grito Jiki-.
Cuando volteamos hacia Jiki tenía una flecha encajada en su brazo, que parecía que esparcía algo por fuera de su piel, como una rama de un árbol negro. Su hermosa piel se estaba rodeando por una rama recorría rápidamente hacia su rostro.
-¡Jiki! No…recuerda que sin tu fuerza no tengo yo tampoco poderes…-
-disculpa Higure, no lo vi venir…-se dejo caer al suelo apretando su brazo contra el suelo.-debes quitarla, parece que es algo mas allá que una simple flecha.-
-pero… ¿Cómo?, mis poderes se están reduciendo.-
-inténtalo por favor.-
-está bien-trato de jalar la flecha hacia afuera, pero no se movía, solo hacia sollozar a Jiki, y las ramas seguían esparciéndose, parecía una plaga.- ¡no se mueve!...Jiki-se dejo caer a el pecho de Jiki abrazándolo, parecía débil y triste, su apariencia no parecia que pudiera hacer algo así.
Hubo un momento de silencio. La preocupación se veía en los ojos de ambos, parecía grave. Pero que podría hacer yo…me sentía culpable, no sabía porque sería yo culpable de esto pero así lo sentía, quería hacer algo.
-…córtalo.-dijo Jiki a Higure-
-¿de qué hablas?…-
-córtalo, mi brazo.-
-claro que no-
-sabes que si esto sigue así lo más probable es que nos descubran aqui, nos destruirán por desobediencia a mi padre.-
-Tonto. Antes de hacer eso me entrego a la ley de tu padre.-
-solo hazlo.-
-Ji…-
-¡Higure! Que más da un brazo que nuestras vidas Higure-
-¡déjenme hacer algo!-grite desesperada, quería intervenir en esa triste escena- solo díganme y si está en mis manos lo hare-me abalance y me deje caer de rodillas junto a ellos dos.- por favor, o creo que no soportare.-
-Kanai…- dijo dulcemente Jiki-
-haa…Jiki,- aunque era una situación desgarradora sus ojos podían hacerme sonrojar con gran intensidad, y así sucedió-por favor…-agache la mirada rápidamente hacia el suelo.-
-que linda muestra de que tanto en terrestres como fura hay sentires, pesares, sufrir, etc.… ¿no es así mis queridos colegas?-interrumpió un molesta voz detrás de un árbol…Aite, una persona, o lo que sea, que se había ganado mi desprecio.-
-no…es… - dijo Higure, mire sus caras de sorpresa, totalmente impactadas. Pero no fue hasta que vi que Aite llevaba un arco negro en sus manos, cuando me di cuenta porque el horror en sus rostros. –
-¿cómo es que llevas el arco del suta Heby?,-dijo Higure- eso es imposible, parece que tambien ha absorbido tu esencia. Es negro como tu espíritu.-lo miro con cierta rabia pero muy controlada.-
-así es, por azares del destino, encontré a el suta Heby y, sin guardián, lo vencí sin problemas. Ahora está conmigo. -decía muy altanero Aite.-
-Venciste al suta Heby…sin problemas, aunque sabes que…-respiro un poco tranquilizándose Jiki. Pareciendo más bien que tomaba aire para poder gritar.- ¡en estos momentos no tienen guardián, y el suta Heby solo tenía un año de nacido!-grito con gran furia.- solo…-comenzó su rostro a llenarse de rabia contra Aite.- era un bebe, un pequeño suta, sus padres estaban llenos de alegría porque al fin habían conseguido tener un hijo, ellos deseaban tener un hijo más que nada, un pequeño que acabas de arrebatarles.-sus ojos se llenaron de lagrimas que corrían atraves de sus mejillas con gran calidez.-
-Jiki, calma, aun estas delicado,-dijo con voz firme Higure.-
-no, no lo hare…este hombre es una horrenda bestia.-
-calma pues hombre.-dijo Aite.-no es como si lo hubiera matado, está bajo mis cuidados, está muy bien.-
-esta negro como su dueño. Eso no esta bien, ese pequeño ocupa amor, a sus padres, se hará fuerte con los años y podra enfrentarse a alguien justamente. Acompañado con el poder de un guardián.-lo miraba con una expresión tan dolida, que sentía su sentir mismo.-
-es decir, me estás diciendo que no pelee justo por él, y que soy un malvado hombre que roba criaturas indefensas que ocupan amor. -sostenía su cabellera fuertemente con sus manos como si quisiera arrancarla más y más con cada palabra.-…pues si, tal vez tienes razón-se soltó y se relajo.-
-eres un…-
-mejor cállate Jiki, si quieres que te quite el flechazo del suta.-
-se que él te lo está pidiendo. El suta Heby es un ser muy noble, que no lastimaría así, el problema es que aun no tenía mucha voluntad.-
-ya no voy a soportar esto por un animal rastrero como tu.-dijo mirando el arco, y se dio la vuelta como dispuesto a marcharse, pero en cuanto dio el primer paso el arco emitió un sonido retumbante muy grave y el arco se hizo un circulo. Parecía que se trataba de revelar contra su ahora amo.- ¡qué rayos!- grito.-
Lastimaba a gran escala, mientas yo desesperada por el mismo sonido me agache tratando de reducir el dolor, Aite se volvió para con nosotros y aventó el arco hacia Jiki, dejo de sonar y la flecha que se había esparcido como ramas cayó al suelo y se arrastro hasta adherirse al arco. Todo era muy extraño, aunque la impresión ya no era la misma, me acostumbraba muy rápido, ya que este tipo de cosas era el que yo quería vivir desde hace mucho tiempo.
Y todo parecía que estaba bien, Jiki estaba salvo, y el arco había regresado a la normalidad. Ya solo faltaba arreglar el asunto de Aite. Que pasaría después… ¿se irá?...no quiero que eso pase, no, no puedo dejarlo ir.
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chikara no ai (el poder del amor)
Ficción históricaUna chica que toda su vida buscaba ser diferente al montón, rechazaba una vida normal como ama de casa simple, llego a su vida el chico mas especial que tanto había buscado, con el que creara algo mas poderoso. Sus nombres te dejan aprender mas sobr...