capitulo 14:

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Un cálido y abrazador sueño que integraba a mi madre. En aquellos días, en que, al menos había paz, ella intentando cepillar mi rizado cabello. Y diciéndome: “si haces lo que tu padre esperaba todo estará bien.”

Era muy difícil, pero al fin era paz.

De pronto, todo oscurece, pero en un pequeño punto a   lo lejos, algo brilla con la intensidad necesaria para llamar mi distraída mirada.

Esto ya lo había visto, “eres Jiki. Puedes acercarte a mi.”

Me acerco yo, y esta también lo hace, lento como dudando. Aunque ya veía una figura cercana no se distinguía nada.

Pero la luz parecía confiar más.

“Kanai.” Se escucho una voz distorsionada,

“¿quién eres?” dije ya no tan segura de que fuese Jiki.

“soy...” ya no entendí su explicación casi nada.

“¿eres Jiki?”

“te estaré cuidando, me tengo que ir.”

Ahora sonó apresurado.

“Está bien… Jiki. Vuelve por mi, lo prometiste.” Susurré.

Pero al este irse quedo oscuro de nuevo. Un temor me apoderó. Estoy sola.

Y cuando más miedo me recorría, un líquido espeso rozó mi cuello. Lo que me hiso dar un salto rápido hacia adelante.

“¿que quieres? Estoy protegida. Si no quieres irte, alguien vendrá a por ti. Y eso realmente no te convendrá.”

Una risa a carcajadas muy divertida retumbó en mis oídos a unos centímetros detrás de mí.

“¿Quién te protege doncella? Yo te veo sola.”

“pues Jiki, él estuvo aquí hace un momento.”

“ah, ya veo. Estuvo. Y te dejó sola en las fauces de un demonio.”

Una luz iluminó todo y un gran ojo del tamaño de todo mi cuerpo me miraba justo delante de mí, el aliento de una respiración en mi cabellera me estremeció más. Pero unas fauces filosas y resaltantes desde atrás de mi espalda me hicieron dar el primer grito de terror. Un dolor de un gigantesco diente introduciéndose en mi brazo me hiso despertar exaltada.

Pero todo parecía haberse empeorado, mi conciencia parecía que no duraría mucho, pues el dolor de algo filoso  permanecía.

 -viento.- estaba justo al otro lado del árbol. Recargado en él, que ahora se iluminaba por los rayos tenues de la luna.-viento despierta, por favor.- le toque la cara intentando sacarlo de su descanso antes de que yo volviera a él. Cuando miré, había dejado una mancha roja en todo su rostro. Estaba sangrando en verdad. Mi brazo tenía una abertura notable.

A este paso no duraría mucho.

Pero debía luchar. Aun en esta situación, deseaba que Jiki apareciera para salvar la situación. Pero eso no había ayudado en las últimas situaciones.

-viento, necesito tu ayuda, será muy tarde si no despiertas. ¡Viento!- ya mi vista estaba borrosa. Caí  en su hombro. Cando escuché los pasos rápidos de lo que creí, era el demonio causante de esto, para llevarme con el que les había encargado esta tarea.

Pero el filo de una navaja enorme que creó una ventisca a mi lado no se hiso esperar. Ahora mi rostro que cayó al suelo nadaba en un pequeño charco de sangre. Que definitivamente, era mía.

 

 

Lo que me pareció, unas horas después, desperté recostada en una cobija en el suelo, con un brazo vendado y apretujado. Vestía solo unos largos camisones. Me levanté rápido, buscando a mi acompañante.

 

-¡espera!, así no lo hagas. Más despacio.- apareció sosteniéndome por el brazo, Viento.

-¿que pasó? Viento…-el recuerdo de lo que había sucedido me llenó de terror y tristeza, no pude sostener mi llanto.

-ya, está bien. Todo salió bien. Destruí al culpable, ya no existe más. Ni aquí ni allá,- me sonrió tranquilizando mi cabeza, ¿Cómo puede un ser, comportarse tan bueno con una persona? Este joven es completamente bondadoso

Pero muy poderoso.

Ya pasando u rato y al haberme tranquilizado, Viento trajo comida.

Tal vez estábamos en medio de la nada. Por lo que se le debió dificultar.

Acabamos y me trajo ropa, un sencillo vestido naranja con detalles rojos.

Salió y me lo puse. Tal vez no debería aceptar tan simplemente todo lo que él hace por mí, pero que más podría hacer.

-ya he hablado con alguien de la organización, y todo apunta a que no debo comentar que te he encontrado. Realmente varias personas han estado buscándote con fines distintos a el deber.

Debemos irnos, y de preferencia cambiar tu apariencia, al menos un poco.-

-¿mi apariencia? Para que nadie me reconozca he. ¡Auch!

-¿estás bien?

-si, es solo que el brazo me duele aún.

-no es de sorprenderse, solo han pasado tres días.

-¿tres… días?- había estado tres días recostada ahí.

-ah, no te alteres, alguien del consejo me ayudó a cuidar de ti. Es de confianza. Te bañó, y alimentó.

-¿me baño? Eso…es extraño, no se.

-aquí viene. ¿Estas lista para que abra?

-ah, está bien.

La puerta de madera que se caía la empujó una delicada mano, con bastante fuerza, que simplemente se derrumbó.

Y entró una apenada chica, pero con expresión de serenidad.

Alta, un poco más baja que viento. De cabellos dorados a la cintura, ojos verde gema. Le acentuaba su delgada figura un vestido hasta los tobillos, pero muy elegante de color café claro.

Una hermosa chica. Definitivamente no es de este mundo.

-disculpa por mi entrada.- dijo una delgada voz. – Quería conocerte despierta.- sonrió

-no te preocupes.- me incliné en respeto. Lo cual me mareó. Pero pude negar mi caída a tiempo.-ah, disculpa mi torpeza.

-todo está bien justo ahora. Así que debes descansar.

-si, esta bien.

-viento te llevará en sus brazos hasta encontrar el lugar en el que estés mas segura. Pero también tú necesitas cooperar, ya parece que todos conocen tu figura. Ven.

Me senté en la cobija, y ella sacó una delicada y delgada cuchilla. Tomó mi cabello y, rápidamente lo corto hasta mis hombros.

Un paso que definitivamente no me dejaba de convencer, pero era necesario.

-ya estas.

-ha…- lo toqué y definitivamente ya no era igual.

-¿que tal Viento, como está?

-no se ve tan mal.-un comentario que no ayudó en nada.

-Viento…-la chica se levantó y lo miró como si lo fuese a apuñalar.

-oye… -Viento dio un paso hacia atrás. Con cara de espanto.- No quería que sonara mal. Quería que supiera que se ve hermosa, realmente una chica linda siempre se ve así, linda.

-oye Viento, ahora haces que me ponga celosa.- ¿celosa?

-ah.-viento sonrojado.

-gracias.- dije, de cualquier manera esto debía hacerse.-disculpa tu nombre…

-Verónica.

 

-muchas gracias Verónica.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2014 ⏰

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chikara no ai (el poder del amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora