Explorers

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A pesar de ser una terrible hora de la madrugada, Niall se aseguró de mirar a ambos lados antes de dejar salir a Harry.

Es decir, quién sabe, quizás un borracho estaba esperando a la puerta de su casa.

Sí, claro.

—Harry, ya puedes salir.

El ángel no se hizo esperar dos veces. Cuidando de sus alas cruzó por el umbral de la puerta, respirando profundamente una vez que estuvo afuera. Entonces, para sorpresa de todos (incluso él mismo), empezó a correr.

—¡Harry, espera! —Niall se preparaba para seguirlo, cuando lo pensó por un momento y volvió a su cuarto por una sudadera. Solo por si acaso, se dijo. Luego corrió a la puerta, palmeando sus bolsillos para sentir sus llaves antes de cerrar la puerta.

El rubio miró a ambos lados, y divisó al ángel corriendo a media calle hacia la derecha. Entonces pegó un salto y tocó sus pies en el aire. Niall presentía que esto no era una buena idea, después de todo.

Esta será una noche larga.

*

Al final, la precaución de Niall fue bien apreciada, al encontrarse los dos en una calle transitada en su camino al parque.

En cuanto Niall observó al grupo de personas acercándose, tomó de inmediato a Harry por el cuello de su playera, arrastrándolo a un callejón oscuro.

Al moverse, Harry intentó forcejear, pensando que el rubio intentaba hacerle daño.

—¡Quédate quieto! —siseó Niall, empujando al ángel por los hombros hasta que dejó de moverse. Tuvo que sofocar una risa al ver la cara enfurruñada de Harry—. Lo siento. Había personas ahí afuera.

Justo entonces escucharon las risas de las personas que pasaban cerca.

—Oh.

—Sí.

Harry se retorció, incómodo. Niall solo alzó una ceja y le ofreció la sudadera, irritándose cuando el ángel tardó casi un minuto vistiéndose. Al terminar, observó que el castaño se movía de manera extraña. Soltó un suspiro de molestia.

—¿Ahora qué?

Harry agachó la cabeza, abatido por el tono hastiado de la voz del rubio. —Mis... mis alas, se...

—Oh.

Sin saberlo, la piel de Niall enrojeció al pedirle a Harry que se diera la vuelta, aumentando de intensidad cuando este lo obedeció al instante. Acercó sus manos a la espalda del castaño.

—Quédate quieto —susurró.

Viendo que el ángel asentía, Niall metió sus manos debajo de la enorme sudadera, acomodando las alas con el menor contacto posible. Un escalofrío recorrió la espalda de Harry por sentir que sus alas eran invadidas, algo a lo que no estaba acostumbrado.

—Listo —anunció Niall después de unos minutos—, ¿cómo te sientes ahora?

Harry solo asintió, sacando un suspiro del rubio. Aparentemente, su actitud había borrado todo avance entre ellos. Salieron del callejón sin decir una palabra más.

Niall caminó por la calzada en dirección al parque. Harry lo siguió, caminando a su lado sin decir nada. Las personas pasaban junto a ellos sin mirar dos veces. Entonces Harry tomó la mano de Niall.

El rubio quiso retirar su mano pero el ángel solo la apretó más. Enrojeciendo, esta vez con vergüenza, siseó. —¿Qué estás haciendo?

Harry se encogió de hombros. —Están felices —comentó, señalando a su alrededor.

To Your Doorstep [Narry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora