Guerra de barrios

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Tomo mi maleta para empezar a caminar con ellos a la cabaña, pero Parker me la arrebata de la mano y comienza a caminar sin mirarme. ¿Qué pedo?

—Oye, wey, tengo dos manos para hacerlo por mí misma.

—Se dice gracias. Que quede claro que no me caes bien, solo lo hago porque eres una chica y se que las chicas son más débiles. Aunque las chicas usan rosa, no negro.

—Pimche machista de mierda.

—Más las chicas mimadas, niñas de papi.— ignora mi comentario.

—Puto.

Gruño, este chico no me agrada. Comienzo a caminar para seguirles el paso. No quiero perderme. Los otros nos siguen sin hablar.

—¿Siempre eres así de grosera?

—¿Quién? ¿yo? No podría.

—Además de sarcástica.—ignora mi comentario.

Sigue caminando, por cada dos pasos que de, él solo da uno. Maldita sea. Tengo que trotar de vez en cuando para alcanzarlo.

—Dame mi puta maleta. —Apenas lo alcanzo, se la arrebato.

—Oye, se supone que no deberías comportarte así, los modales de una chica...

—Al diablo con los modales, viejo.

Comienzo a enojarme, y eso hace que las groserias salgan con mayor facilidad de mi boca.

—¿Viejo?—Responde ofendido. Como una niña mimada.

—Aparte de todo, rajón.

—Pero ¿Quién te crees para hablar así? Ahora me respetas. Yo soy el capitán.

—¿Que quién me creo? Soy la perra que va a dejarte en tu pinche lugar.—Ok. Ahora se ha parado y los tres me miran como rara. — Según esto el capitán no es mayor que cualquiera de nosotros. Y no veo porqué respetarte cuando ni tu barrio te respalda. ¿O si, chicos?

Volteo a ver a Troy y a Liam en busca de una respuesta que nunca llega.

Troy y Liam empiezan a reír como locos y muestro mi sonrisa de satisfacción.

—Ella me agrada mucho.—Responde Troy entre risas. Liam solo asiente con la cabeza mientras se dobla en dos.

El Parker machista solo frunce el ceño en clara frustración.

Repongo la maleta en mi mano y me pongo en marcha. Pero paro en cuanto recuerdo que no sé donde está la dichosa cabaña.

Troy y Liam se dan cuenta y toman la delantera para guiarme, dejando al machista atrás.

Ja. Puto.

Camino con ellos hasta que llegamos a la zona de cabañas, pero no nos detenemos ahí, seguimos caminando. Eso es raro. Los chicos notan mi desconcierto.

—Estamos algo separados porque somos un poco problemáticos.

—¿Un poco?—Agarro mi buen humor. —Si los vi entrar corriendo a la cafetería como niñas con rebajas.

Ríen de mi pequeño chiste. Liam rasca su nuca, algo que me parece muy lindo y tierno.

—Si, bueno. Explotamos un microondas.

—Y luego una estufa se prendió en llamas. —Añade Troy.

Río a carcajadas. Este para me agrada. Más que el machista. Y lo digo sabiendo que está a unos pasos detrás.

—Ustedes me agradan más que el machista amargado que tienen como amigo.

Oigo un gruñido y más risas. Caminamos otro pico hasta llegar a una cabaña, igual a las otras.

—Llegamos. —Anuncia Liam.

Toma mi maleta y la lleva dentro, no me molesta y solo lo sigo.

Alcanzo a escuchar un bufido pero lo ignoro.

—Que conveniencia, él si y yo no.
Oigo a Parker Rezongar.

—Él tiene mejor actitud.

La cabaña es muy linda por dentro, no está decorada ni nada distintivo. Solo están las literas y, a cada lado, una pequeña mesa de noche.

—Te tocará la cama de arriba. Lo siento.

—No te preocupes, esa es perfecta. —Le sonrío.—Supongo que la de allá, —Digo señalando la cama de abajo. —Es tuya, y esa, —ahora señalo la otra cama de abajo.—Es de Troy. Esa, — señalo la otra cama de arriba. —Es de Parker.

—Wow, eres muy lista. Por cierto,—me tiende la mano.—No nos presentamos correctamente, soy Liam.

—Yo soy Troy. —salta él arrimando se a Liam como un niño a su mamá.

—Soy... Robbie.

—Robbie. —Genial, maldito metido. —¿Ese no es nombre de chico?

Y tampoco es mi nombre real. Quiero agregar.

—¿Qué te importa?

—Es un lindo nombre.

Le sonrío a Liam amablemente por el cumplido. A diferencia de Parker él es muy lindo.

—Que chica más bipolar. — Parece que si mencionas al diablo aparece.

—Que chico más amargado.—contraataco.

—Tiene razón. —Me sigue Troy.

—Si, siempre eres muy enojón.

—Claro que no, traidores.

Me cruzo de brazos y le sonrió burlona.

Ja, ahora de quién es el barrio.

—Es mí barrio, no el tuyo.

Mierda, pensé en voz alta.

—¿Ahora les dices barrio? ¿Igual que yo?

—No, solo...

—No hagas excusas. Bien sabes que puedo robarte el barrio, de hecho, —me coloco con los chicos a mis espaldas. —creo que ya lo hice.

—Maldición.

—¿Con esa boca besas a tu madre?

—Oye, tu eres peor.

—¿Ahora te rebajas a mi nivel? ¿Qué soy? ¿Tu puta?

Esto de adoptar la conducta de la madre ofendida es muy divertido.

—¿Cómo carajos llegaste a que eras mi puta?

—Eres un infeliz. Grosero y agresivo. Me siento ofendida. ¿Acaso no soy nada para ti?

—Apenas llegaste qué...

—Ah, ah.— imprimo mis palabras con indignidad falsa.— Apenas llegué. Apenas llegué.

Tomo bocanadas exageradas de aire. Los chicos se ríen pero el otro está confundido y frustrado.

—Pues sí, cabrón. Apenas llegué, ¿y qué? ¿Además de machista eres faltón al respeto? ¿Tu madre no te educó bien?

—¿Qué rayos? Eres una maldita loca.

Sonrío.

—Gracias.

—No era un cumplido.

—¿Tengo cara de que me importa?

Ahora estaba espantado, enojado y frustrado. Esto es muy divertido.

Estos días serán muy divertidos.

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Hola a tod@s

Espero les guste mi historia y me sigan apoyando.

Me gustaría que comentaran si les gustaría que ponga canciones por capítulo.

Voten y comenten.

También les quiero agradecer si están leyendo esto.

Grax, me despido.

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