Virgen de los buenos

21.4K 1.6K 113
                                    

Maldita sea. Ni un puto descanso.
Estuvimos cinco horas seguidas haciendo lagartijas, sentadillas, carreras y muchas otras cosas más que no sabía que existían.

—¿Lista para tu primer baño aquí? —Se dirige Parker con un sonrisa malévola.

Vamos de camino a la gran cabaña de aseo. Con una toalla, bolsa de aseo y un uniforme.

—Si. —No, mierda, no. —No le temo a un puñado de hombros desnudos.

—Lo creo.

—¿Entonces... —Puta madre.

No es solo un puñado de chicos. Oh, no. Es un MUNDO de hombres SUDOROSOS y DESNUDOS.

Virgen de los buenos, ayudame a no babear ni decir babosadas. Amén.

—Que asco. —Dice Parker intentando darme asco.

—Ni siquiera existe esa virgen. —Dice Troy como un niño.

Madres, hablé en voz alta.

—No. —Contradice Liam. Al menos en esta vez no...—Rezaste en voz alta.

Olvidalo.

Los chicos me ven con una sonrisa gigante y divertida. Excepto Parker. En definitiva es un extraterrestre.

—No soy un maldito extraterrestre. —Replica el extra... Parker —Será mejor que entremos de una vez, niña rara.

—Mira quién habla. —me defiendo.

Entramos a la cabaña. La mayoría de los chicos no tienen playera. Mierda.

Virgen de los buenos, te ruego que limpies mi alma y mi mente esté pura.

Yo tampoco soy la excepción. Tan solo llevo puestos unos mayones y un top, porque de inteligente fui y me quité la playera por el calor.

Suspiro antes de pasar la puerta y atraer las miradas de todos. Pongo mi cara seria y fría. Entro sin más.

Puedo sentir las miradas y el silencio, justo como profeticé que pasaría.

Ahora caerá dinero del cielo.

Ahora no pasa, ¿verdad, hija de toda tu puta madre?

Ignoro a todos y me concentro en llegar a una regadera desocupada. Solo hay una hasta el fondo.

Me siento poderosa con los tres caminando a mis espaldas.
Como si fueran mis guaruras.

Me doy la vuelta con la ceja alzada para que los demás aparten las miradas. Ya me tienen harta. Funciona.

En cuanto ven mi ceño fruncido y mis manos en jarra, se dan la vuelta y siguen con sus cosas. Aunque unos aun me ven. Más disimuladamente.

—Me gusta ese control, niña rara.

—Cállate. —Respondo autómata. Fría. Me arrepiento casi al instante — Lo siento.

Deshago mi ceño y mis manos.

—¿Quién se bañará primero?

—Me parece justo que seas tu. —responde Parker. —Eres una chica y eres nueva.

—Me basta con que sea nueva. Nunca vuelvas a excusarme con ser una chica. —le amenazo.

—Danos tus cosas. —Se ofrece Troy extendiendo sus manos hacia mi. —Solo por hoy, mañana no lo pienso hacer.

Si fuera Parker dudaría pero no lo es. Se las doy con un poco de recelo, no puedo evitarlo.

Me adentro en la regadera, corro la cortina y abro la llave, no sin antes desnudarme al completo. Las manos de Liam se asoman y toman mi ropa.

Me dejo llevar por el agua. No por mucho. Me enjabono y pongo shampoo en mi cabello. Lo lavo y enjuago.

Salgo del pequeño espacio para encontrarme con mi toalla en el piso y sin los tres chicos. Ni rastro de mi ropa. Maldición.

Tomo mi toalla y me enrollo en ella. Se lo que quieren que haga. Quieren que corra por todo el lugar desnuda. O semidesnuda. Pero eso no va a suceder.

Me asomo a la maleta de Parker que es la más cerca a mi. El muy imbécil la dejó ahí. Revuelvo en ella hasta encontrar un par de boxers limpios y una de sus playeras. Algo grandes pero me sirven.

Me visto y tomo la maleta. Esta me la paga ahora. Salgo del lugar con la mirada de todos puesta en mi. Eso me indica que vieron las intenciones de los tres diablos y pensaron que haría lo que ellos. Imbéciles.

Los fulmino con la mirada de lado, una dura y fría que tanto me ha servido. Y sigue funcionando.

Me dirijo a la pista donde me ensucie de lodo y tiro allí todas sus cosas.

—¡¿Pero qué demonios te pasa?!

Escucho un chillido a mis espaldas. Me doy la vuelta como una cínica. Mi sonrisa es esencial.

—Nada, ¿y a ti?

—¿Yo qué te hice? —pregunta totalmente fuera de sí.

Se pasea las manos por su cabello rubio y exala muy ruidoso. Sus ojos parecen apunto de salir.

—Mi ropa.

—Yo no hice nada, — levanto una ceja de no te creo. —Mira, Thomas la arrebató y salió corriendo con ella. Nosotros fuimos a conseguirla...

Una voz lo interrumpe. Ambos nos volvemos a ver quién es.

—Parker, ya dinos donde está la ropa de Robbie. —Habla un agitado Troy sin darse cuenta de que estoy presente. — Si no la devuelves antes de que termine se va a enterar y se va a enojar mucho.

Muy despacito se da la vuelta y me sonríe con miedo. Levanto ambas cejas.

Troy se da cuenta al fin de mi presencia y abre los ojos como platos. Se da cuenta de que la ha cagado.

—Parker, —lo llamo. —Tienes dos segundos para devolverme mis cosas.

Su toma las manos y baja la cabeza. Ahora él es el niño.

—Estan en la cabaña. —dice refunfuñando.

—Gracias.  —me dedico a pasar por su lado, en dirección a la cabaña.

Levanta su cabeza y me mira. Lo que me incomoda.

—Toma una foto. Dura más.

—¿Tienes mi ropa puesta? —ignora mi comentario.

Ladea la cabeza y me ve con el ceño fruncido.

—No me dejaste otra opción, ¿o si? —me defiendo.

Me pongo en marcha, dejándolo atrás.

—Podias salir desnuda. —susurra para él.

—¿Disculpa? —giro la cabeza.

—Nada. —repone. —¿Y qué con mis cosas?

Paro y doy la vuelta. Está con las manos alzadas en forma de una w.

—Nada, nada de mi parte. Tu te lo ganaste.

Me regreso a mi camino y lo dejo molesto y refunfuñando. Nadie se mete con la Fucking Queen.

====================

Hola a tod@s.

Al fin actualicé. (Creo que así se escribe)

Espero les haya gustado este capítulo. Si lo hizo, haganme saber. Voten y comenten. Es muy importante. También pueden recomendar la historia con sus amigos.

Les pido que lean mis otras historias. Les sugiero Mexicana en apuros, es parecida.

Ahora, las dedicatorias son para:

•LHB00000
•Pao14alonso
•Noe023

Ellos son todos por esta ocasión. Si quieres una, sigue votando y comentando.

Eso es todo.
Grax, me despido.

The Fucking Queen  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora