CAPÍTULO 2
No pude articula una palabra más ya que una joven de cierta edad, que al parecer era la maestra, hizo su entrada en el aula.
Katyn realizó un gesto de aborrecimiento cuando la educadora le ordeno que se sentara.
Y así lo hizo, a mi lado.
-Es una bruja.-pudo decir carraspeando para evitar una reprimenda.
-Bienvenidos a todos.-se sentó en la mesa.-Tenemos una nueva alumna, Alexis Marston, Alexis exteriorízate.
Nunca fui una mujer cohibida por lo que me levanté de mi asiento y me presenté.
Volví a mi asiento y proseguimos con el transcurso de la clase.
-Yo soy Abigail.-me horroricé por el espantoso nombre.-Bueno, empezaremos el curso con un cambio de asientos.
Quejidos y más bufidos.
-¿Recuerdan la broma del año pasado?-codeé a Katyn, quién estaba riendo como el resto.-Cuando me pusieron alfileres, no os enmendé. Y éste es el castigo.
La clase en general se río de lo lindo, causando una algarabía muy sonora.
-Empecemos.-mostró una caja con papelitos llenos con nuestros nombres.-Comencemos por las primeras mesas.-aferró un papelito y lo revisó.-Hannah y Joshua.
Ambos se azuzaron y se afianzaron en sus respectivos sitios.
Nombraron bastantes términos inmemorables, apenas me concentré en el asunto.
-Katyn podrá ir acompañada del caballero Matthew.-ésta refunfuñó por lo bajo.
Y Abigail procedió con los cambios de nuevo.
-Bueno, ya estamos acabando.-carraspeó y tomó de nuevo un papelito.-Alexis con…
En cuanto sus labios pronunciaron mi nombre, temí lo peor.
Me imaginé compartiendo asiento con cualquier desapacible o adusto.
-¿Ashton Irwin?-
BUM.
No. No. No. No.
¿Tanta gente y justamente él?
En tan sólo unos minutos, Ashton me había irritado lo máximo posible.
El simple hecho de tener que compartir objetos, tiempo o conocimiento, algo de dos, me atormentó completamente.
A veces pensaba que mi suerte no existía, siempre tan impredecible y maligna.
-Alexis, venga.-me atusó aquel castaño.
Le lancé una mirada amenazante y apuntó mi sitio.
Fastidiosa, me encaminé hacia el lugar y con mi estuche, le asesté un pequeño golpe en su rostro. Simplemente, me había hastiado su perseverante mirada divertida.
Miré al frente mientras él se encontraba sentado de lado, en mi dirección.
-¿Pero tú?-rió mientras se acicalaba su cara, mostrando su dolor.-Bruta.
-Idiota.-espeté.
-Venga Alexis, no quiero empezar mal, no conviene, sobre todo contigo.-sonrío de forma adorable, dejándome algo embobada.-¡Eh!
