Inolvidable [TERMINADA]

Capitulo 29

Capitulo 29

Henry

Observo la hora y me doy cuenta que tengo media hora atascado en este estúpido trafico, miro a mi alrededor y observo los mismos autos. Bufo y observo el interior de mi auto nuevo, lo compre ayer y aunque aun tengo mi antiguo auto en el cual pase demasiados momentos con Ari, tantos que aun puedo recordar la primera vez que nos besamos y nos acariciamos en el, cuando le decía que lucia hermosa y se sonrojaba, cuando sonreía cuando conducía mientras tomaba mi mano.

Cuando llego al hospital, me encuentro con Ean y Max en la sala de espera.

—Hola chicos—los saludo acercándome a ellos.

—Hola a ti—nos damos un abrazo en forma de saludo.

—¿Cómo esta Ari?

—El doctor dice que esta igual—me responde Ean.

—Si, incluso yo puedo notar que sigue igual, ningún movimiento, nada—dice Max.

—Oye Henry, ¿Has probado con la prueba del beso? —me pregunta Ean y yo lo observo confundido—ya sabes, como en el cuento de la bella durmiente—Max ríe mientras niega con la cabeza.

—No Ean, eso es solo un cuento de hadas, he besado a Ari y no a mostrado rastro de mejoría, ¿quién esta ahora con ella?

—Riley & Blake—me responde Ean—acaban de entrar así que seria bueno ir a comer algo, tengo hambre.

Asentimos y decidimos ir a la cafetería, justamente cuando llegamos el celular de Max comienza a sonar.

—Tamara, ¿cómo esta? —observo como palidece y de inmediato me preocupo al notar que algo ocurrió.

Max termina la llamada y guarda su celular mientras se mantiene con los ojos muy abiertos viendo a nada en especifico. Como si estuviera procesando la noticia que le acaban de dar.

—Pearl rompió fuente, esta aquí, hoy...seré papá—vuelvo observar como se queda congelado, al igual que yo, tengo la boca abierta, Pearl debería tener a los bebes a los finales del mes, no ahora.

—¿Y que esperan? Vayan—Max y yo vemos a Ean—Max ve con Pearl y tu Henry igual, yo les avisare a los chicos y luego los alcanzamos.

Max no dice nada, solo asiente y sale corriendo, yo al no saber en que piso se encuentra mi hermana, corro detrás de el.

Dos horas, llevo dos horas caminando de un lado al otro en la sala de espera en el piso de maternidad, mis padres están aquí, al igual que los hermanos de Max, todos estamos nerviosos.

—Hijo, tranquilo—llega mi madre hacia mi y me abraza.

—¿Crees que todo este bien allá adentro? —por dios estoy tan nervios que no quiero imaginarme como ha de estar Max en estos momentos.

—Claro que si Henry, tu hermana es fuerte y seguro Max esta con ella animándola para que todo salga bien, yo estuve cuatro horas esperando a que decidieras nacer, tu hermana lleva solo dos.

—Si, pero la diferencia es que ella tiene gemelos y tu solo me tuviste a mi.

Una hora mas tarde observo a un sonriente Max caminar hacia nosotros, nos acercamos a el y todos lo empezamos a atormentar con preguntas que estoy seguro no es capaz de comprender.

—Ey basta—nos cama silenciándonos—Pearl esta bien al igual que los bebes—sonríe orgulloso—soy padre de un niño y una niña—sonríe ampliamente, mostrando lo orgulloso que se siente.

—Que maravilla, soy abuela—mamá lo abraza llorando para que después todos podamos felicitar al nuevo papá.

—Felicidades hermano, estoy seguro que serás un gran padre—le dice Riley.

—Claro que lo seré, ¿quién quiere ir a ver a la nueva mamá?

***

—Luces horrible—le digo a Pearl después de besar su frente.

—Me siento horrible—ríe.

—¿Te dolió mucho?

—Mucho es poco.

—Pero ya paso, ahora a dedicar tu tiempo a cambiar pañales...y de dos—le sonrió.

—Están hermosos, aunque no los vi por mucho tiempo, pero son hermosos—sus ojos verdes se poden cristalinos.

—¿Por qué hacer llorar a mi mujer? —pregunta Max acercándose a nosotros y besando los labios de Pearl después de secar sus lagrimas.

—Es solo una mamá chillona—Pearl ríe y sonríe al saber que esta feliz, lo puedo notar en sus ojos, sonrisa y en la manera que se ilumina el rostro cuando habla de sus hijos.

.

Ahora me encuentro prácticamente sosteniendo a mi sobrina, es tan pequeña y delicada que al principio tenia un poco de nervios al sostenerla, pero una vez mas que lo hice no la quiero soltar, mi sobrino ahora esta dormido en los brazos de su padre mientras Pearl come algo mientras nos observa.

—Y después de todo, aun no me han dicho como los llamaron—pregunto. Pearl y Max se miran entre si y luego me sonríen.

—Tienen su nombre en su muñeca, en la pulsera.

Observo a mi sobrina de nuevo y con cuidado la sostengo con un brazo mientras que con el otro reviso la pulsera que me dice su nombre, Alena Labreck, miro a Max y le sonrió.

—Es el nombre de tu mama, ¿cierto?

—Si.

—Ahora déjame sostener a mi sobrino—le digo mientras ágilmente toma a la pequeña Alena y me pasa a mi sobrino—eres demasiado bueno sosteniendo bebes—le digo mientras sostengo a mi sobrino y reviso su pulsera—Noah Labreck, sonrió y miro a Pearl.

—Papá ha de estar como loco.

—Lo esta—rio un poco.

—Yo pensaba ponerle el segundo nombre de papá a mi hijo, y me lo ganaste Pearl.

—Lo siento—ríe—pero tu y Ari tendrán que buscar otro nombre—la sonrisa que tenia se me esfuma—perdón Henry...

—No te disculpes—la interrumpo—Ari va a despertar en algún momento, solo hay que ser pacientes—Max se acerca a mi y aprieta mi hombro, dándome ánimos.

—Yo estoy igual que tu Henry, este momento quería compartirlo con ella—suspira—pero se que va a despertar, tiene que hacerlo, no nos puede dejar así. Ella estaba muy emocionada por conocer a mis hijos.

Permanecemos unos instantes en silencio, observo a Noah entre mis brazos y sonrió cuando con su boca hace un puchero.

***

Nunca antes había deseado tanto observarla moverse, al menos ahora puede respirar por si sola, con su respiración puedo notar su pecho moverse un poco, pero de eso no pasa mas, tomo tu mano fría y pálida y quisiera abrazarla para hacerla entrar en calor, observar esos ojos grises que ahora se encuentran cubiertos por sus parpados

Estoy parado a su lado derecho, observando todo tratando de encontrar algún movimiento que me indique que regresara.

—Despierta Ari, ya has pasado muchos días así, además Max y Pearl ya son padres. ¿Recuerdas que me habías dicho que querías conocerlos y consentirlos como lo hacías con tus otros sobrinos? Puedes hacerlo, solo necesitas abrir esos hermosos ojos tuyos amor.

Acaricio su mejilla sin color, y antes de irme le doy un pequeño beso sobre sus labios.

—Te amo.