Oh sí, la respuesta que acababa de obtener fue descartada apenas cruzó miradas con esa chica.
Estaban lejos el uno del otro, pero distinguió un par de cosas en ella que no le gustaron. Se sentía fría, falsa, como si esa sonrisa que mantenía en su rostro fuera una vil mentira, tal vez eran sus celos hablando por él, pero en serio, en serio ya no tenía ganas de estar ahí.
De cualquier forma no podía irse porque uno; no tenía idea de dónde estaban, y dos; la silueta de Miku se encontraba cada vez más cerca de él.
── No te quedes parado ahí, tengo que presentarlos. ─Se quedó con las palabras atravesadas en la garganta, porque fue jalado antes de siquiera poder pensar en protestar.
La rubia mantenía sus ojos apenas abiertos mientras esperaba por ambos bajo la sombra de un árbol, lo cual desde su perspectiva era razonable, hacía calor aquel día. Inevitablemente sus manos comenzaron a sudar al estar frente a frente a esa extraña, y no estaba seguro de si el agitado pulso que sentía en su brazo era su propio cuerpo jugándole una mala pasada o venía desde la zurda de Miku que retenía en su agarre.
── Rin. ─Musitó Miku, y la mencionada reaccionó de inmediato subiendo la vista hasta ella con una pequeña sonrisa. ── Fukase. Fukase, Rin, ahora llévense bien y les compro un helado del que quieran pero como máximo uno doble porque estoy corta de dinero y–
── ¿Estás nerviosa, Hatsune? ─Confrontó esa chica desconcertando a Fukase. ¿Nerviosa? No entendía por qué preguntaba eso, pero al notar un deje de duda en la negación de su amiga extendió los párpados lo más que pudo. ── Sabes que sí, descuida, Fukase parece un buen chico, no me hará nada.
Se tensó cuando escuchó su nombre salir desde esa voz casi totalmente ajena a él, y no entendió el motivo de su risa, pero para no quedar de amargado esbozó una sonrisa de medio lado que desde kilómetros se veía forzada. Oyó a Miku suspirar, y en un dos por tres le soltó la mano para refregarse la cara.
── Me da más miedo que tú le hagas algo a Fukase. ─Apenas respondió recibió simultáneamente un golpe en el brazo y un "oye" ofendido. El pelirrojo se sentía cada vez más perdido, sabía que debió haberse negado, era terrible hablando con personas, lo de Len fue una excepción que ni él mismo se podía explicar. Creyó haber hecho un avance, pero no era así.
Con eso en la cabeza el aire difícilmente pasó su tráquea, no quería pensar, quería apagar su cerebro, quedar en blanco, o quizá en negro pero no quería oír su propia voz gritándole que era un raro, un loco, un imbécil, basura.
Por segunda vez en el día esa estúpida y desconcertante presión oprimió su pecho, se tambaleó un poco cuando incluso el cemento se sintió distante, sus manos se sentían ajenas, los sonidos a sus costados se sentían como a millas y millas de distancia. No quería que eso le ocurriera ahí, no con más gente, no en un lugar seguro.
Sintió el impulso de echarse a gritar en el suelo, pero su sentido de la vergüenza lo detuvo, y con mucha dificultad se quedó quieto en su lugar aún con las rodillas temblorosas y el temor de que en cualquier momento fueran a fallarle. Ya no era consciente de lo que pasaba a su alrededor.
── Hey, Miku. ─Rin señaló al muchacho que parecía no poder mantenerse sobre sus propios pies, y la mencionada lo tomó por los hombros guiándolo como pudo hasta la banca más cercana. Estaba en pleno sol y seguramente ardiendo, pero Fukase necesitaba sentarse.
── Escucha necesito que te quedes aquí y mantengas presión sobre sus hombros tal como lo estoy haciendo ahora mismo, usa toda la fuerza que puedas. ─Pidió girándose hasta su acompañante con desesperación en su fisionomía. Algo nerviosa la chica asintió, y apenas Miku lo soltó esta tomó su lugar con las manos temblorosas. ── Voy a buscar agua al primer local que encuentre, trata de calmarlo, ¿Crees que puedas?
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«│█║Smoke N' Mirrors║█│»
Hayran KurguEstereotipos. Un error en el que todos hemos caído, ¿No? (portada por @gungure)