(2/2)
Bueno solo digo las advertencias.
+18( cosa que a todas nos vale caca pero igual)
Gozenlo
LIAM: Que pase a bailar con la quinceañera el padrino de salón. *decia a través del micrófono* ¿Donde esta?
Mientras tanto Harry y Louis se manoseaban en el estacionamiento.
HARRY: Ahí no chaparro, bueno si, si. Bueno no. Mas rápido. Ayyy
LOUIS:¿Quien te entiende? Primero que no y luego si * dice, este se encontraba rascandole la espalda a su novio ya que le había picado un mosquito* te tenia que dar comezón, te voy a madrear por arruinar los momentos.
Ambos ya estaban borrachos, Doña Juana los había echado del salón después de que Louis le había aventado pastel a su tía Chencha por haberse robado un mantel.
Todo término en una guerra de pastel.
Y para acabar Harry termino muy cachondo al ver a Louis con chantillin arrededor de su boca.
HARRY: Ay chaparro vamos a esos cuartos que hay acá tras.
LOUIS: Pero tu vas a ser el pasivo.
HARRY: Si, si lo que digas.
Ellos entran en la habitación.
Ambos con las respiraciones agitadas, las manos a la par del cuerpo opuesto. La respiración de Harry está puesta encima de los labios delgados del más bajo, ambos hipnotizados por el cosquilleo que sienten y que desean hacer perdurar.
HARRY: Ahora si chaparro*Repentinamente, Harry coge a Louis por las caderas, dominante* Quiero hacerte el amor, eres mío chaparro* le besa el cuello*.
El mas bajo se deja hacer, sumiso ante aquellas manos grandes y gentiles que le sostienen cerca de un cuerpo grande, un cuerpo que busca hacerle sentir seguro.
Amado…
Louis respira profundo antes de acercarse para dejar un beso tibio en los labios de Harry. Y éste, como un buen muchacho que es; le sonríe para darle confianza, para que ambos puedan destenderse contra la par de aquel sentimiento que busca arrastralos, consumirlos hasta no dejar nada. Nada de lo que ambos son.
HARRY: Zayn me dijo que te la chupara, para que dejes de estar enojado.
Las manos de Harry se instalan contra la bragueta de los pantalones del menor, y sus ojos verdes dan de lleno contra los de Louis, ardientes. El castaño respira profundo al mismo tiempo en que el más alto baja con lentitud el cierre, deshaciendose de la prenda en cuestión de minutos.