El sol brillaba sobre su cabeza, abrasando su cuero cabelludo. Gotas de sudor recorrían su espalda.
Lo había conseguido, habían ganado el partido. Cientos de adolescentes hormonados se levantaron de las gradas gritando una gran ovación. Mientras, él sonreía y trataba de recuperar todo el aire que había estado conteniendo hasta el momento.
Justo en ese momento, cuando todos los espectadores invadieron la cancha celebrando aquella merecida victoria, una chica se acercó a él con paso decidido.
Le miró a los ojos, tomó aire y gritó, con los ojos cerrados:
-¡ Diego Rodríguez, me gustas!
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Sunny
Short Story¿Qué se supone que debes hacer cuendo el chico que te gusta te rechaza delante de todo el instituto? ¿Y si, para colmo, él vuelve a ti para que finjas ser su novia y así poder librarse de su ex? Arrogante y pícaro, sin duda alguna, Diego no es un hu...