II

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Diego fruncio el ceño y le dio unas palmaditas en la cabeza.

- Perdona...¿quién eres?

Entonces ella deseó que la tierra la tragase y sus mejillas se tiñieron en un tono peligrosamente rojo. Parecía un tomate a punto de explotar.

- Sunny, me llamo Sunny.

- Lo siento Sunny.

Y con aquellas palabras le dio la espalda y continuó festejando su victoria.

SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora