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La muchacha sabía donde encontrarlo, siempre estaba allí a estas horas.

Cuando abrió la puerta de la biblioteca del instituto, se topó con el muchacho, leyendo junto a la ventana más alejada de la puerta, como de costumbre.

- Diego...

El joven se giró asustado al reconocer su voz. Tenía el ojo amoratado.

- Acepto.

-¿Qué?

- He dicho que acepto. Fingiré ser tu novia...Pero quiero que sepas que pienso sacarle todo el jugo que pueda a este asunto.

-¿Ah, sí?- Diego se apoyó en el respaldo de la silla y alzó una ceja.

-Sí, haré que te enamores de mí.- ella se cruzó de brazos, decidida.

- Lo dudo.

- Ya lo verás.- ella golpeó con suavidad la mesa y acercó su rostro al de Diego.

- Que empiece el juego.- susurró él.

SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora