XXIII

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Aquel acto pilló al joven desprevenido, sin embargo, no se alejó. Al contrario, profundizó un poco más aquel beso, pero no demasiado, teniendo en cuenta a la joven que tenían en frente.

Se apartó con cierta desgana de los labios de la muchacha y miró en forma de disculpa fingida a su ex.

Esta le devolvió la mirada y su respuesta fue totalmente inesperada para ambos.

- Me das pena, Diego.

A Sunny se le llenaron los ojos de lágrimas pero trató de disimular aquel gesto. Diego percibió su flaqueza y la estrechó en su hombro.

- Tú a mí también.

SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora