Ace parecía estar haciendo planes de lo que haríamos a continuación. No es que me considerará una espía o era algún tipo de "instinto femenino" el que me lo decía, no. Es decir; ¡por favor! Escribía un sinfín de letras y círculos sobre el mapa del parque. Toda su concentración estaba puesta en el mapa y lo que esperaba que fuera su plan para lograr tener la cita perfecta. No notó mi presencia, no hasta que me acerque lo suficiente y hablé.
-Estoy aquí... -Pronuncie mirando por encima de su hombro lo que con tanto esmero redactaba. Él dio un salto.
-¡Ah! -Arrugo el mapa contra su pecho, y en un intento por verse despreocupado y para nada sorprendido, imitó una pose genial. -Ey, si que te tomaste tu tiempo. ¿Acaso veías a otro chico a escondidas?
Iba a negar esa pregunta que, claramente, había lanzando para distraer mi atención del mapa. Estaba por hacerlo con un deje de ironía, pero por alguna razón titubee en cuanto recordé la expresión de preocupación en la cara de Gatito. Solté una risita encantada.
-Quien sabe~.
Él hizo una mueca, confundido y probablemente asustado de que una por primera vez una chica prefería ver a otro hombre que no fuera él.
-¿Q-qué quiere decir eso...?
-¿Continuamos con el recorrido? -Ignore su pregunta sin parar de sonreír. Ahora era mi turno de tomarle el pelo. Caminé sin esperarlo, dejándolo atrás con una expresión aún más confusa y nerviosa que la anterior.
-¡O-oye, espera!
Sin prestarle mucha atención abrace al animal de peluche que me había obsequiado minutos atrás. Era divertido ver la forma en la que arrugaba la frente y mordía sus labios cuando las cosas no iban como lo planeaba. Lo admito, lo que pasó a continuación si me divirtió. A medida que subimos a más y más juegos, los intentos de coqueteo nada sutiles de Ace se reducían. Estaba muy feliz por eso, ¡Y por la adrenalina y excitación que me envolvían la piel en cada atracción! Esta vez quien terminó siendo arrastrado fue él y no yo. Y finalmente, después de andar de sitió en sitió ya estaba quedándome un poca ronca de tanto gritar y reír, llegamos al juego que había robando toda mi atención desde el principio.
-¿La "Paro cardiaco"? -Ace me miro sin poder creer que quería subirme ahí, esa extremadamente larga y grosera montaña con un sinfín de rieles que serpenteaban, subían, bajaban y hasta daban vueltas de hasta trecientos sesenta grados. Y es que la Paro cardiaco no se había ganado ese nombre porque si, todos los valientes que la subían afirmaban que el recorrido era tan terrible que podías sentir como tu corazón volaba lejos de tu pecho. -¿No crees que es un poco-demasiado brusco para una chica?
-¿Qué? - Lo mire con una sonrisita cargada de más de una intención, desafiando su orgullo masculino para que aceptara subir. Una técnica que definitivamente funcionaba con los de su clase. -¿Acaso te asusta, puño de fuego?
-Muy bien. -Me devolvió la sonrisa. Pero había algo en su mirada que no me daba buena espina... No sé trataba tan sólo de un tonto juego entre los dos... él se traía algo más en las manos. -Pero luego iremos a ese. -¡Lo sabía! Mis ojos siguieron el lugar donde señalaba su dedo.
-¿"La cueva del amor"? -Pronuncié el nombre de la atracción descrita en un cartel con letras brillantes y cursivas, colocadas justo en la parte superior de lo que parecía ser una caverna sintética. La única forma de acceder a ese "ambiente de enamorados" era por medio de unos botes con forma animal que no puede identificar muy bien la distancia. ¿Cisnes, quizás? Lo miré asqueada.
-¿Qué? - Soltó con una risa burlona, más que satisfecho por mi cara. -¿Acaso te asusta? -Contraataco igual de desafiante. Oh no, conocía ese sentimiento latente en mi nuca. Siempre lo sentía cuando estaba a punto de cometer una tontería.
ESTÁS LEYENDO
Law, mi lindo gatito
Fanfiction[Personaje x Oc] Ritsu es una adolecente con un inmenso amor a los animales, por lo que decide socorrer a un singular gato que encuentra en una tarde lluviosa. Pero lo que ella no sabe, es que más allá de esa apariencia animal... existe alguien con...