Law, mi lindo gatito

12 | «Cabezazo |2|»

Si hace una semana y media alguien le hubiera dicho a Law que estaba a punto de convertirse en un gato antropomórfico, lo más probable es que lo hubiera ignorado y ni siquiera se tomaría las molestias de pensar alguna otra vez en tremenda estupidez. 

Pues vaya vueltas daba la vida...

Trafalgar D. Water Law, conocido simplemente como Trafalgar Law o Law. Dieciocho años, cursa tercer grado de preparatoria y aspira a estudiar medicina y especializarse en la rama de cirugía. Un chico serio, con ese aire "cool" que atrae a las chicas, no muy sociable pero sabe como acercarse a alguien cuando le conviene. Suele desvelarse casi a diario ya que se la pasa leyendo libros de medicina, así que las ojeras marcadas en su rostro se han vuelto parte de él. Hasta aquí, un adolescente normal al que le apasionan las ciencias medicas... o eso es lo que trataba siempre de aparentar.

-Ya te he dicho que odio que me traigan al instituto, Vergo. -Gruño, mirando con fastidio al hombre serio e intimidante que ocupaba el puesto de piloto. Una de las cosas que más detestaba Law era llamar la atención, y es justamente lo que más hacía en el interior de ese automóvil caro y oscuro. Vergo lo miro tajante desde el retrovisor.

-No creas que me emociona hacerlo, mocoso. Además, tengo unos asuntos que arreglar por Doffy aquí. -Law levanto una ceja con sospecha.

-¿En el día de la apertura?

-No es asunto tuyo. Ahora, largate.

No tuvo que pedírselo dos veces, era lo que más anhelaba hacer desde que puso un pie en los asientos de atrás. Y como era de esperarse, las murmuraciones y cuchicheos a su alrededor no se hicieron esperar. Era la mejor forma de comenzar el año, mandando todos sus planes al carajo. Desde hace bastante que Law había planeado un escape junto a sus tres compañeros y amigos: Shachi, Penguin y Bepo. La forma perfecta de al fin romper lazos con la mafia, los criminales, el bajo mundo y sobre todo... con el Joker. El primer paso a seguir era pasar su ultimo año sin llamar la atención mientras los documentos falsos y pasaportes se concluían, de esa forma su desaparición sería apenas notable. Mas al parecer no había sido del todo precavido y astuto, la familia Donquixote había estado muy inquieta los últimos meses con respecto a un nuevo negocio y quien sabe otras cosas en las que Law prefería alejarse... ¿Doflamingo había ya descubierto su plan...?, ¿por qué otro motivo le habría ordenado a Vergo vigilarlo...? No, no podía ser eso. Doffy era arrogante, se lo habría restregado en la cara el haberlo descubierto y se habría encargado de asesinar a sus aliados. Tal y como lo había hecho con Cora-san en su infancia... la rabia le revolvió el estómago. Debía estar planeado algo más, algo que lo involucraba a él y que podría poner en riesgo todos sus planes. Maldición, de ser así debía comenzar a actuar y rápido. De repente, el sonido de las voces a su alrededor parecieron aumentar. La paciencia de Law estuvo a punto de desbordarse en ese instante, incluso había abierto los labios con intenciones de exigir silencio... pero alguien se le había adelantado.

-¡Me opongo completamente a la disección de animales vivos para la clase de biología! -Una voz, femenina, fuerte y autoritaria. Ahora Law entendía el porque del alboroto, ¡había dejado de ser el centro de atención! Busco con la mirada a la dueña de aquella osada voz. No fue difícil encontrarla, no cuando todo un séquito de curiosos y profesores la rodeaban.

-R-Ritsu... por favor cálmate, estamos llamando mucho la atención... -Una chica de cuerpo voluminoso, mirada marrón y extenso cabello pelirrojo se dirigió a ella. Ritsu ignoro totalmente su petición.

-¡No puede ser que contando con tanta tecnología aún tengamos que recurrir a métodos extremadamente crueles y anticuados! -Ojos decididos, postura firme y expresión determinada. ¿Quién demonios era esa chica? -¡Mi nombre es Midori Ritsu, y me declaró oficialmente en estado de huelga de hambre hasta que mi demanda sea escuchada!