Epílogo

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Sonrío con tristeza al encontrar a mi lobo mirando el lago, trago saliva y se en lo que piensa, en su hermano, han pasado tres meses desde el ataque a la manada, y a pesar de todo se que se sigue sintiendo culpable por su muerte, y me es imposible que no lo haga yo tampoco, porque fui yo la que empuño la espada en su contra, me acerqué a Duncan y puse una mano en su hombro, se volteó a mirarme y la mirada en sus ojos me rompió el corazón, estaba cargada de dolor, nostalgia y negué con la cabeza mientras las lágrimas caían de mis mejillas, no soportaba que sufriera, prefería sufrir el dolor mas grande del mundo a que el hombre frente a mi lo hiciera, lo abracé fuertemente y el no demoró en corresponderlo.

— Todo pasará amor, todo pasará — dije en su oído, quería que supiera que yo estaba para él, que siempre iba a estar para él, no importaba cuantas cosas pasaran, mi lugar era a su lado, mi lugar siempre sería a su lado, lo sentí temblar en mis brazos y supe que lloraba, lo abracé con más fuerza y lo dejé liberarse, y lloré a su lado, abrazos y en silencio.

Después de unos minutos Duncan me miró a los ojos y me dedico una pequeña sonrisa para luego besarme, yo le correspondí con ansias, aún seguíamos abrazados y era perfecto, con él todo lo era.

Nos separamos después de unos minutos y sentí la ausencia de su piel contra la mía, me reuní de fuerzas y hablé, él necesitaba tener un motivo para vivir tranquilo.

— Duncan — dije haciendo que me mirara atento, trague saliva y me pregunté nuevamente si esto era lo correcto, después de unos segundos suspiré y me armé de valor, era la hora — Estoy embarazada — dije lentamente, el hombre frente a mi se me quedó mirando fijamente y me fue imposible no entrar en pánico, tal vez no quería un bebé en este momento, pero las cosas habían pasado y ya no se podía hacer nada, lo que sabia era que amaría a mi pequeño y esperaba que él también lo hiciera — Tendremos un hijo Duncan — dije con la voz entrecortada y tome una de sus manos hasta llevarla a mi vientre, donde la dejé, esperando que reaccionara.

Miró fijamente la mano que descansaba en mi vientre, y después su mirada llegó a mis ojos, me sonrió y me abrazó, yo solté el aire que no me había dado cuenta que estaba reteniendo y sonreí con él.

— ¿Tendremos un hijo? — sus ojos estaban cristalizados, yo asentí con una sonrisa en el rostro  — Te prometo pequeño que serás un hijo o hija orgulloso de su padre, como ahora yo lo estoy de ti mi bebé — su mirada estaba clavada en mi vientre y se me hizo imposible no llorar de alegría.

Se arrodilló y frente a mi, yo seguía llorando — Y mi pequeño, tu madre es la mujer más valiente y hermosa que conozco, hizo que mi dolor se esfumara, siempre hace que todo lo malo desaparezca, y queda la felicidad de haberla encontrado, de amarla y ser correspondido, porque no veo una vida sin ella, sólo me veo envejeciendo a su lado, viviendo a su lado todos los días que me quedan — yo estaba llorando, sus palabras me llegaban directo al corazón y como no amarlo, si se había vuelto una parte de mi, éramos uno — Por eso que en este lugar Jazmín, quiero pedirte que seas mi compañera de vida, se mi esposa Jazmín — yo estaba con los ojos abiertos de la impresión y cuando lo procese más lágrimas caían de mis mejillas, estaba feliz, ese chico me había la mujer más dichosa del mundo.

— Acepto, acepto ser tu esposa Duncan — dije abrazándolo sin importar que en el proceso hubiéramos terminado los dos en el suelo, lo miré a los ojos y pude ver la felicidad reflejada en sus ojos y sonreí más, mi lugar era a su lado, y lo besé, lo besé como lo seguiría haciendo por todo lo que tuviera de vida.










FIN


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