Luego de comer Danna lavó sus platos y subió mecánicamente a su habitación. Según lo que le había dicho su madre, Martín y sus hijos llegarían a las seis. Danna se quejó por la hora pero se dio por vencida ante la expresión impasible de su madre.
Se lavó la cara y se sintió exhausta. Abrió la llave de la bañera y la llenó de jabón de burbujas. Tenía olor a vainilla, su favorito. Pulsó la pantalla de su teléfono para poner las canciones de su Playlist y lo dejó sobre el excusado. Cuando el agua estaba a un poco más de la mitad se despojó de toda su ropa y entró sintiendo la temperatura agradable del agua.
Desde pequeña sufría de ataque de ansiedad y su madre la bañaba con agua tibia para tranquilizarla, siempre funcionaba. Cerró los ojos y se dejó llevar por el sonido de la música y el movimiento sutil del agua chocando contra ella.
***
Un ruido incesante despertó a Danna de su prolongada siesta. Esta se miró ambas manos y examinó sus arrugados dedos aún sin noción del tiempo. Se levantó pesadamente y abrió el desagüe para que el agua se drenara.
Abrió la puerta y se encontró con la cara estupefacta de su madre. En la casa se sentía un calor insoportable y Marta se estaba aguantando las ganas de tirarle un zapato a su querida hija.
-Danna, ¿Qué haces sin cambiar?-Dijo con una calma no tan calma.
-Me estaba bañando...y puede ser que me haya quedado dormida-Dijo rascándose la nuca.
-Te quedaste dormida-Dijo Marta con cara de incrédula.
-Sí...
-¿Sabes que hora es, mi cielo?
-No...
-Son las cinco y media...Así que si no quieres que te castigue por maleducada te aconsejaría que te vayas a cambiar y te arregles muy bien.
-Como digas.
-¿Qué dijiste?
Le señaló la puerta de la habitación a su madre con el índice y le hizo un gesto de que se fuera. Cuando salió le puso el seguro a la puerta y corrió a su armario. Ignoró sus ropas negras y giró sus ojos hacia la "sección fresa", como le decía. Esta tal sección era la parte del armario de Danna que había sido ideada por su madre.
La mayor parte de esa ropa se la había donado a hermana menor que "nunca tenía que ponerse", así que esta área había ido disminuyendo poco a poco. Sacó todos los vestidos de allí y los tiró en la cama.
Habían siete vestidos. El primero era uno color rosa lumínico con brillos por todas partes, Danna lo descartó sin mirarlo dos veces. El segundo era un vestido azul con rayas negras, este no se veía tan mal hasta que notó que le quedaba muy corto, y ajustado. Así pasó todos hasta el último, todos eran o demasiado coloridos, demasiado apretados o demasiado infantiles.
Danna resopló con frustración y hizo algo de lo que se lamentaría después. Decidió elegir el vestido al azar.
-De Tin Marín de Do Pingué, Cúcara Mácara Títere fue, no fui yo fue Teté...-La cara de horror de Danna no se podía comparar.
El vestido que salió fue el quinto. Era un vestido blanco con un cinturón marrón en la cintura. No es que haya sido el peor de todos pero Danna ni siquiera usaba vestidos. Se lo puso con un poco de dificultad y se subió el zíper con trabajo. El cinturón se lo colocó lo más flojo posible y aún así se sentía asfixiada.
Su madre había dejado unos tacones sobre su cama."Ay por Dios"-Pensó Danna con cara de sufrimiento.
Danna y su madre calzaban igual así que siempre le estaba ofreciendo prestarle alguno de sus cientos de pares de zapatos, pero no eran su estilo. Danna se los puso e hizo equilibrio agarrándose de la pared, sería una larga noche.
Se sentó frente a su espejo y sacó una bolsa con maquillaje que le había regalado su madre. La abrió pero no entendió qué hacer con todas esas brochas y polvos de colores. Decidió buscar un tutorial en YouTube, era mejor que terminar como un payaso.
Siguió el tutorial minuciosamente y el resultado final no fue tan malo como esperaba. Siempre criticaba mentalmente a las chicas que usaban maquillaje a diario pero se dio cuenta que era mucho más difícil de lo que pensaba.
Se roció un poco de perfume con un aroma dulce y se secó el cabello con su secadora nueva que nunca había abierto. Cuando se sintió preparada salió en silencio de la habitación. Bajó las escaleras procurando no ser escuchada pero al bajar se encontró con todos los ojos posados en ella.
El rubor real se confundió con el del maquillaje. Se forzó a sonreír y se movió hacia donde estaban todos. Con la ansiedad de ser el centro de atención no se había fijado en el tal Martín ni en sus hijos. Cuando se acercó a saludarlos se quedó sin habla al ver quienes eran, Theo y Aiden, pero estos no parecían reconocerla.
Danna no mencionó nada y los saludó a los tres con el cuerpo tensado. Marta los llamó a todos a sentarse en la mesa de cristal para comer. Danna lanzó miradas fugaces a los chicos, su hermana le hacía muecas desde el otro extremo de la mesa. La ignoró y miró a su madre con ojos de súplica para que terminara su conversación con Martín.
-Bueno, chicos, antes de comenzar a comer diría que lo mejor sería presentarnos, ¿cierto?-Dijo su madre con una sonrisa exagerada.
-Sí...
-Ésta es mi hija Nathalia, les caerá muy bien.
-No le hagan caso, soy lo peor que les pudo haber pasado-Dijo Nathalia con una sonrisa misteriosa.
-Sí que lo es...-Dijo Danna en un tono más alto de lo esperado.
Todos la miraron al mismo tiempo y Danna quería morirse allí mismo.
-Mmm, ¿y quién es esta otra jovencita, Marta?-Dijo Martín con sus relucientes dientes al aire.
-Soy Danna.
Theo y Aiden voltearon con sorpresa y luego se murmuraron algo entre ellos.
-¿Estudias con nosotros?-Dijo Aiden con cara de que acababa de descubrir una nueva fórmula matemática.
-Técnicamente, sí.
-Ni te reconocí con esa ropa-Dijo Theo sonriendo.
-No tiendo a usar ropa así-Dijo mirando a su madre de reojo.
-Pues deberías, te queda muy bien-Dijo Theo de nuevo asintiendo.
-¿Ves, querida? Tienes un cuerpo hermoso y estás joven, deb...-La interrumpió.
-Mamá, ahora no es tiempo de tener esta discusión-Dijo con una sonrisa sarcástica.
Nathalia se encontraba seria en su asiento. Ella siempre estaba dispuesta a hablar, y más si era de ropa, pero al parecer no estaba de buen humor.
-Creo que es mi turno-Dijo Martín rompiendo la tensión-, éste es Aiden y éste es Theo.
Nathalia ni siquiera volteó a saludarlos, algo no andaba bien con ella.
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La Vida De Danna
Teen Fiction¿Qué hace la chica tímida del salón cuando los dos chicos más populares de la escuela se vuelven sus HERMANASTROS? -Gracias, mamá-Dice Danna rodando los ojos. -De nada, cariño-Dice su madre estallando en carcajadas.