Touch.

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Mis nervios iban en ascenso, estaba por quedarme a solas con Min Yoongi, y resulta que no sabía como llevar a cabo lo que vine a hacer. ¿Cómo lo convenceré de acostarse conmigo?

Oí la puerta principal cerrarse, por lo que supe que los chicos se habían ido. En todo el rato allí, no había hecho más que estar sentada en la silla de Hoseok, viendo al espléndido nada.

¿Estará despierto ya? Me asomé al pasillo, y no había ni rastros de vida allí, supuse que aún seguía dormido. ¿Debería ir a ver? No lo medité mucho, y caminé hacia la puerta blanca de la habitación que compartía con Seokjin. Me quedé parada frente a ésta, viendo la madera barnizada. Tomé un suspiro, y puse la mano en el picaporte, para proceder a abrir con el máximo cuidado posible.

Tuve que tapar mi boca para no soltar un grito, por lo que logré que se me escapara un pequeño gemido ahogado. Él estaba allí, de espaldas a mí, ignorando completamente mi presencia, su torso estaba descubierto y vestía sólo una toalla blanca, sujeta a su cintura. La imagen inmediatamente me hizo sentir las mejillas arder, mis hormonas se descontrolaron a más no poder.

Estaba allí paralizada, admirando el paisaje, y él seguía sin notar que yo estaba en la habitación, frotaba una toalla contra su cabeza secando su cabello.

Yoongi es arte, tenía la boca seca, y mi deseo creciente se hacía notar.

Caminé, acercándome a él lentamente, seguía sin notarme, estaba tan concentrado en algún punto fijo del cielo que el ventanal en el cuarto deja ver, que cuando rocé mi mano en su espalda pegó un respigo.

Lo tengo aquí, es real.

Se volteó hacia mí denotando sorpresa. Sus achinados ojos se abrieron al máximo e instintivamente dio pasos hacia atrás para alejarse de mí.

— No me temas.— Levanté las manos en señal de paz.

— ¿Qué haces aquí?— Soltó molesto.— ¡Me has pegado el susto de mi vida!— Pone su mano en su pecho, calmando su respiración. Nota que está semidesnudo frente a mí y toma la sábana de su cama para taparse.— ¿Por qué has entrado así? ¿Acaso no tienes modales?— Su tono era de auténtica furia.

— Yo... yo...— Tartamudeé, sin saber que responderle, me intimidaba su tono, a la vez que me hacía sentir ciertas partes del cuerpo acaloradas.

Bajé la mirada al suelo, sintiéndome una completa tonta.

— Oye, lo siento.— Dijo. Subí mi mirada a su rostro, encontrándome con un ápice de pena en su expresión.— Es sólo que me has asustado mucho, y además es una falta de respeto que hayas entrado así.— Me reprende.

— Lo sé, disculpa, no me pude resistir.— Dije, consciente de que mi mirada se oscurecía al encontrase con la suya.

Él no dijo nada, formó una línea recta con sus labios, tomó una ropa que estaba tirada sobre su cama, y se dirigió al baño.

— Deberías volver a tu trabajo.— Dijo, antes de cerrar la puerta.

Oh chico, tengo mejores cosas que hacer...

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Hola. Nunca he dejado nota en ésta historia, he aquí la primera.
El fic está por acabar, y que tengo varias estrellas, y varias personas me leen al subir el cap. Pero, me gustaría saber su opinión de la historia, que dejen algún comentario, para saber si lo estoy haciendo bien.

Gracias a los que me leen, cada que veo que aunque sea una sola persona vio el cap, me emociono jaja.

Amh, supongo que no tengo más que decir. Paz😌.

YoonAn🐨.

Obsesión carnal. » Min Yoongi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora