22._Nervios

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Y allí estaban, frente a ellos había un muerto.

Una vez ambos se habían dicho algunas palabras dulces, se abrazaron y dieron los besos más puros de su relación, avisaron a los demás que Alexander estaba bien y todos lograron calmarse, llegó el enojo.

¿Cómo había podido?

La noticia había corrido, unos habían despertado a otros y para cuándo se dio cuenta, su casa se vio llena de sus amigos e incluso enemigos.

Eran las malditas cinco de la mañana, pero eso no parecía importarle a nadie más que a Thomas.

Algunos inclusive vestían pijama, claro ejemplo era John Adams.

Todos le miraban atentos, demasiado y estaban en silencio, después de que alguien hubiera gritado que todos se callaran. Esperaban que hablara y se explicará.

Alexander estaba algo hundido en sus pensamientos, intentando averiguar si odiarlo por lo que había hecho.

—Muy bien, entiendo que todos quieran saber que demonios sucedió.—Logro reunir el valor para hablar.—Pero quiero que se vayan, si a alguien debo darle explicaciones es a Alexander y James, los demás fuera.—Intento ser firme, temblando por dentro.

Quería morir de nuevo.

Alguien estuvo apunto de reclamar, pero Madison le interrumpió.

—Señores, por favor, váyanse.

Laurens se quería quedar, a golpear a Thomas o a apoyar a su amigo, no le importaba, pero Washington hablo.

—Creo que tiene razón, deberíamos todos volver a casa.—El había sido avisado por al menos 40 llamadas de Adams.

Todos, algunos quejándose, empezaron a retirarse, no sin antes darle un pequeño abrazo al muerto y algunos a Alexander.

Una vez todos se fueron, Thomas supo que era momento de hablar.

—¿Y bien?—La voz de Alexander había sido incluso suave, había sentido lo que era perderlo y una parte de él gritaba que no lo volvería a hacer.

[Hamilton] Cuando Vuelvas (Jamilton con Ham histórico y Jefferson Musical)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora