10._Punto de quiebre

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Estaba allí, en su cama, la que habían compartido múltiples veces. Estaba abrazado a su almohada.

Ya era el cuarto mes sin el, pero solo el segundo sabiendo que había hecho algo tan terrible.

"Te extraño en nuestra cama. Bueno, tuya o mia. Te extraño aquí."

Los mensajes ahora eran en su mayoría los anhelos de Alexander por volver a estar con el.

"Muero de ganas de abrazarte, tenerte conmigo y acurrucarme en tu pecho."

El lugar estaba decorado tan hermoso, demostraba claramente el gusto de Jefferson.

"Me encargaré de tu casa, justo como lo harías tú."

Ya no escuchaba a Laurens, mucho menos a cualquier otro.

"Eso es lo que querías ¿No es así? Bueno, al menos confiaste en mí para eso."

Oprimía la almohada con fuerza, la cara completamente enterrada en ella y se aferraba a aquel olor impregnado en esta. Las lágrimas habían vuelto, el estar viviendo en su casa era un remolino de emociones.

"Extraño tu olor, el lugar entero es una muestra de tu corazón y me siento casi embriagado en ti. Pero no estás tú."

Pero quedarse allí todo el día acostado no era algo que Alexander haría, no, aún si quería. Decidió que buscaría entre sus cosas, quería una respuesta mejor a la que le había dado, no quería palabras dulces que lo hicieran sentir mejor. No las merecía. Quería algo que le explicará todo, Thomas debería haber dejado algo más.

"Cada cuarto, cada lugar, me trae recuerdos y no sabes cómo extraño que estés aquí. Vuelve, te amo, haré lo que sea si vuelves, haré cada cosa que me pidas."

Reviso cajones, el ropero, todo lo que había en el lugar. Menos un cajón, estaba cerrado con llave y lo había dejado al final.

"Lo siento, tú no debes de querer estar aquí, por eso decidiste irte para siempre."

Lo conocía, sabía que si algo debía haber estaría en el cajón. Pero le daba miedo revisar.

"Incluso extraño cuando me molestabas hasta hacerme enojar, no me enojaba en realidad ¿Como molestarme con mi luz y mis estrellas?"

Pero debía hacerlo, aún temblando lo reviso. Había una pequeña hoja que decía "¿Cómo podría dejarle a mi sol solo tres hojas?"

Había un folder, hojas de explicaciones por sus acciones y eran demasiadas.

"Alexander, siempre has sido tú el entregado a escribir cada momento de su vida, pero ahora deberé darte explicaciones por cada cosa."

Fue con ello con lo que empezó, las hojas siguientes eran un martirio para Alexander, pero jamás pensó en dejar de leer, se aferraria a cualquier cosa que le recordara a Thomas.

[Hamilton] Cuando Vuelvas (Jamilton con Ham histórico y Jefferson Musical)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora